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Además de las faltas graves que obviamente afectan un matrimonio como la infidelidad o el maltrato, existen otras maneras para que el amor salga herido.

Hay actitudes -comunes y cotidianas-, que al volverse repetitivas, comienzan a generar una herida en la relación matrimonial, hasta llegar muchas veces a consecuencias graves. Conviene por tanto identificarlas, reconocerlas y cambiarlas.

El matrimonio es una experiencia que permite ser una mejor persona independiente del papel de esposo o esposa. Y precisamente ese camino de crecimiento personal, genera un impacto positivo en la relación matrimonial. Así que presta atención a las siguientes actitudes que pueden estar presentes y que conviene corregir cuanto antes.

1. Egoísmo

El matrimonio es la unión de dos para compartir intereses, tiempo, decisiones, preferencias, bienes materiales, sueños y muchas más cosas. Pero como seres humanos, muchas veces cuesta compartir y ceder. Así que hay que buscar un equilibrio, ambos deben ser flexibles ante ciertas situaciones para encontrar un punto común.

2. Desinterés

Desinterés por lo que le pasa o lo que siente el otro. No hay nada más desalentador que acudir con entusiasmo al marido o a la mujer para contar algo que ha pasado y chocar con una respuesta de desgano y apatía. El desinterés cierra todas las puertas de comunicación que tanto se necesitan en el matrimonio. Esto hace sentir al cónyuge menospreciado e ignorado. No darle la prioridad que merece, es molesto y afecta la convivencia matrimonial.

3. Impaciencia

El matrimonio no es siempre un camino de rosas, como tampoco lo es nada en la vida ¿O es que en los negocios no hay ciclos de vida? ¿O es que siempre marcha todo perfecto en la relación con los demás? Es una ley de vida. Siempre existirán los momentos difíciles y siempre habrá cosas que queramos cambiar de los otros, en especial del marido o esposa, y necesitaremos paciencia para aceptarlos y tolerar sus debilidades. Pero también, en ese ejercicio de la paciencia, podemos ayudarles a mejorar por el bien de ellos y del matrimonio. Con sutileza, respeto y mucho amor se pueden lograr grandes cambios en el otro.

4. Soberbia

La soberbia enceguece y envenena. Es la falta de humildad para aceptar la crítica y los errores que cometemos, y esto en la relación matrimonial hace mucho daño. Para poder ser felices, hay que dejar el orgullo a un lado, pedir perdón y construir de nuevo.

Vía LaFamilia

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