La Semana Santa es la celebración de mayor importancia para todos los creyentes, pues constituye el fundamento sobre el cual gira toda la creencia cristiana: la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Algunas personas podrían confundirse y pensar que la mayor celebración cristiana es la Navidad. Sin embargo, siendo la encarnación del Hijo de Dios en la humanidad de suma importancia, el Plan salvífico de Dios solo alcanza su más alta magnitud en la resurrección y victoria de Jesús. Compartimos 4 consejos para tener una verdadera Semana Santa en familia.
1. Entender su significado
Estos días podemos preparar espacios de oración en casa, sacrificios y ofrecimientos a Dios por el gran regalo que nos da: la salvación a través de la vida de su único Hijo. Se recomienda revisar -con ayuda de los papás- algunos pasajes de la Biblia que ayuden a entender la gran entrega de amor que Cristo hizo en la cruz para la salvación de toda la humanidad, y su glorioso triunfo ante la muerte con su resurrección.
Pero también se pueden comprar películas para ver en casa con la familia y amigos. Recomendamos:
– Un Dios Prohibido (2012) de Pablo Moreno
– Los Diez Mandamientos (1956) de Cecil B. De Mille
– La Pasión de Cristo (2004) de Mel Gibson
– Ben – Hur (1959) de William Wyler
– Quo Vadis (1951) de Merino Le Roy
– Barrabás (1962) de Richard Fleischer
– Marcelino Pan y Vino (1954) de Ladislao Vajda
– El hombre que no quiso ser santo (1962) de Edward Dmytryk
2. Participar de liturgias o jornadas de oración
Puedes preguntar en tu parroquia más cercana qué actividades han preparado para los días santos. Jornadas de oración, retiros, rezo de Vía Crucis, liturgias; son algunas de las cosas de las que podemos participar en familia esta semana. Entender el significado de estos días santos es una oportunidad para encontrarnos cara a cara con la misericordia de Dios y su inmenso amor por nosotros.
Es muy importante que todos, abuelos, padres e hijos, asistan juntos a las ceremonias de Semana Santa; cumpliendo el tercer mandamiento de la Ley de Dios: Santificar las Fiestas. Además, no es importante no olvidar acercarse al sacramento de la Reconciliación. La Semana Santa es mucho más intensa y bella en gracia de Dios.
3. Hacer sacrificios
No se trata de buscar el sufrimiento sin razón y en forma forzada, pues esta no sería una visión cristiana correcta sobre el sacrificio. La importancia radica en el sentido que se le dé a este acto. La palabra sacrificio significa convertir algo en sagrado por medio del ofrecimiento, con el fin de obtener un cimiento y un bien espiritual mayor.
No debe ser un acto de dolor o tortura masoquista, sino de amor. Al igual que cuando se hace gimnasia: a pesar del esfuerzo que demanda; se lo realiza con gusto en busca de fines estéticos o de salud. Con el sacrificio, se busca hacer o dejar de hacer algo específico para obtener mayor virtud.
Se pueden ofrecer pequeñas cosas cada día. Desde tener más paciencia en casa, hasta dejar los videojuegos para estar más atentos a las necesidades de la familia. Cada uno, desde su realidad, puede evaluarse y pensar qué ofrecimientos puede entregarle a Dios esta semana.
4. Hacer ayuno
Se puede ayunar de una manera liviana, saltándose una comida en el día o privándose de algún alimento en especial. Si desean hacerlo de una manera más rigurosa, se puede comer poco o nada más que una sola comida fuerte al día. Pero, si prefieren seguir un ayuno de manera fuerte, se lo hace comiendo únicamente pan y agua.
El ayuno es opcional. Aunque hay dos días en el año que la Iglesia pide a los creyentes ayunar. Como el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo; sin embargo, durante el tiempo de Cuaresma se recomienda no comer carne los viernes.