Las mejores 5 lecciones de liderazgo me las dio mi madre (y recién ahora me doy cuenta)
qué es la maternidad.
Sin duda alguna nuestras madres siempre serán la persona más influyente en la vida. De ellas es de quienes aprendemos las cosas más importantes y a la vez las más sencillas (lecciones). Con su forma de vivir la maternidad, aunque algunas veces no nos damos cuenta de eso, siempre nos marcan para el futuro.
De ellas aprendemos el liderazgo y muchas lecciones más. Te invito a ver algunas lecciones que aprendí de mi madre y que tal vez tú también hayas aprendido de la tuya. O, si eres madre, quieras enseñarlas a tus hijos.
1. Reflexionar acerca de mis acciones
Siempre que pasaba algo, que me equivocaba, que hacía alguna travesura, ahí estaba mi madre ayudándome a ver las consecuencias y lo que debía aprender de esa situación.
Actualmente, cuando veo que hay algo que he hecho mal, siempre busco la manera de pensar sobre ello, en silencio. Reconocer de esa realidad para no repetirla más, comprender la fragilidad y aprender de ella.
2. La maternidad nos muestra cómo trata bien a todos
Recuerdo siempre su instrucción: «salude, de las gracias, hable suave…». Este es uno de esos aprendizajes básicos de la vida que aprendes en casa. No solo en tu relación con tu madre, sino también con tu familia. Además, ella no solo lo dice, sino que es su claro ejemplo de sus palabras.
3. Respetar a las personas mayores o que tiene alguna autoridad
Cuando somos jóvenes, tendemos a creernos con derechos sobre todos, que sabemos más que nadie, que somos los mejores y podemos solos…
Pero tenemos que reconocer que hay cosas que solo se aprenden con el tiempo y que la experiencia siempre ha de valorarse.
Los mayores nos pueden ofrecer orientación, apoyo, experiencia, sabiduría. Es por eso que respetarlos nos ayuda a crear una mayor conciencia para el actuar diario.
4. No juzgar por las apariencias
Una de las cosas que más me han servido en la vida es la de no juzgar al otro como la portada de un libro, sino aprender a caminar juntos, a ver el interior, descubrir la riqueza que hay en el otro.
Aprender a valorar a los demás y descubrir que en cada uno hay algo de bondad, que en la diferencia está la riqueza.
5. La maternidad y un ejemplo de responsabilidad
Aprender que lo primero es lo primero, comprendiendo que hay cosas urgentes y cosas importantes. Pero, sobre todo, hay cosas fundamentales.
Esto sirve para todo en la vida, relaciones interpersonales, trabajo, tareas… Saber que la palabra tiene valor, que mis compromisos han de cumplirse y que nuestra honesta responsabilidad siempre traerá mejores resultados.
En conclusión…
Con una madre, siempre tendremos a alguien que caminará con nosotros. Nos ayudará a afrontar los obstáculos y a continuar, comprender nuestras fortalezas y debilidades. Siempre cuentas con tu madre.
Todo esto nos enseña a vivir siempre con sueños. A no limitarnos por las circunstancias, sino a saber que siempre que se quiere crecer, se puede lograrlo con entrega, responsabilidad y disciplina.
Por eso mi madre es mi líder, porque de ella aprendí lo importante, que es la presencia real y verdadera en la vida del otro. Lo que es levantarse de las dificultades para luchar juntos y, sobre todo, lo que es amar aún en medio de las heridas.
Escrito por: P. Mauricio Montoya, vía Catholic-Link.
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