Los niños que crecen en una familia sana no sólo tienen una mejor salud física, también emocional, algo que se nota cuando son adultos. Según un estudio, aquellos pequeños que se han criado en lo que se consideran ‘hogares sanos’ son más extrovertidos, lo que les ayuda en su desempeño diario para su futura vida laboral y sentimental.
El estudio, elaborado por académicos de las universidades británicas de Cambridge y Kent sugiere que personalidad y aspiraciones están directamente relacionadas con el contexto en el que se nace.
Hogares sanos y vida adulta
Las personas que han nacido en «hogares avanzados», es decir, en los que los padres tienen trabajos cualificados, están más predispuestos a ser asertivos, habladores y entusiastas, las características típicas de las personas extrovertidas. Así lo menciona el diario británico Daily Mail, que se ha hecho eco de esta interesante investigación.
Para llegar a estas conclusiones los expertos han analizado los datos de 150.000 personas de Reino Unido que han respondido al ‘Gran Test de Personalidad’ de la cadena pública británica, la BBC. Los resultados también muestran que los adultos que son más extrovertidos tienden a ganar unos salarios más altos.
Origen familiar y salarios
De media, los adultos extrovertidos tienen un 25 por ciento más de posibilidades de ganar unas 40.000 libras al año, con salarios más altos para hombres que para mujeres. Al mismo tiempo, aquellos que son más meticulosos tienen un 20 por ciento más de posibilidades de ganar sueldos más altos.
«Por varias razones, los niños de contextos avanzados parecen tender a desarrollar unas características de la personalidad y unas aspiraciones que consecuentemente les benefician en el mercado laboral», puntualiza el estudio. Entre las razones que explican esto, señalan «el hecho de que los niños de contextos más bajos tienden a haber vivido más situaciones de estrés e inestabilidad en casa».
El papel de los colegios
Con estos resultados, el estudio propone que los colegios deberían animar a sus alumnos ‘más pobres’ a mejorar en el conocimiento de las diferentes carreras profesionales, y que las escuelas deberían usar un buen ‘feedback’ para mejorar las habilidades sociales de sus alumnos. En esta línea, anima a los centros educativos superiores, como las universidades, a enseñar a los alumnos habilidades para el empleo y técnicas para triunfar en entrevistas de trabajo.
El estudio también sugiere que los programas educativos deberían estar enfocados a mejorar los resultados de los alumnos que vienen de entornos menos favorecidos, centrándose tanto en habilidades más amplias como en el desempeño académico. Es decir, que los colegios deberían destinar esfuerzos para enseñar a los pupilos «habilidades para fuera del colegio», como la firmeza de carácter.
Vía: hacerfamilia.com