Yusra Mardini salió de Siria como otros miles de personas huyendo de la guerra que azota a su país desde hace cinco años. Cuando recién se iniciaba el conflicto, la familia Mardini se había mudado de ciudad en varias ocasiones para evitar que los bombardeos dificultaran el entrenamiento de Yusra, quien destacaba por un futuro prometedor en la natación.
Sin embargo, su familia, sus vidas y sus esperanzas en la competición debían quedar atrás. Se vieron obligados a dejarlo todo para huir de la guerra e intentar ponerse a salvo.
Tras pasar por el Líbano y Turquía, Ysura y su hermana Sara pagaron a unos traficantes para alcanzar las costas de Grecia. Junto con otras 20 personas, una noche salieron en una barca con la ilusión de llegar a la puerta de Europa. Pocos minutos después de zarpar y habiendo pagado más dinero del que podían permitirse, la patera comenzó a hundirse.
En ese momento Yusra y Sara no dudaron y, venciendo el miedo y el frío, saltaron al agua, junto con otras dos personas para arrastrar la barcaza en medio de las olas hasta la orilla de la isla de Lesbos (Grecia) y salvar no sólo sus vidas, sino también las de otras 20 personas con las que compartían el arriesgado trayecto.
La joven sabía que ella podría nadar hasta la orilla más cercana, pero tenía la “responsabilidad” de que las otras 20 personas también llegaran sanas y salvas.
“Si hubiera dejado a cualquiera ahogarse y morir, no me lo hubiera perdonado jamás”, asegura la joven.
Siguió su viaje a pie, en tren y autobús durante 25 días cruzando las fronteras de Macedonia, Serbia, Hungría y Austria, para finalmente llegar a Berlín (Alemania), donde una asociación de ayuda a los refugiados puso en contacto a las hermanas Mardini con el Wasserfreunde Sandau 04, un club de natación cercano al centro de refugiados en el que vivían. Allí se les dio la oportunidad de demostrar que Yusra había nacido para nadar.
Ahora Yusra se encuentra en Río de Janeiro, en donde participará en los Juegos Olímpicos como parte del equipo de refugiados, que compite en igualdad de condiciones que cualquier a de los otros 206 países que participan.
Yusra representó a Siria en un campeonato mundial en Turquía en 2012 y asegura que sabe en qué pensará durante los Juegos Olímpicos: “pensaré en mi familia, en mi entrenador, en mis amigos y en todas las personas que me han ayudado”.
Para formar parte del equipo olímpico de refugiados, el primer equipo de estas características en la historia, los atletas además de alcanzar los niveles deportivos necesarios deben contar con el estatus oficial de refugiados verificado por la ONU.
Está previsto que este equipo marche en la ceremonia de apertura antes de Brasil, el país anfitrión de estas olimpiadas.
El sueño de Yusra no es otro que conseguir una medalla de oro.
Los 31° Juegos Olímpicos tendrán lugar del 5 al 21 de agosto en Río de Janeiro (Brasil), en ellos participan aproximadamente unos 10.500 atletas de más de 200 países, que competirán en 42 disciplinas.
Vía Aciprensa