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Como sabemos, lo ideal es proporcionarles a los hijos un ambiente familiar sano, armonioso y constituido por papá y mamá, donde exista una relación sólida y amorosa entre los esposos. Sin embargo, diferentes circunstancias hacen que algunos padres estén ausentes, lo que implica un reto aún mayor para la madre.

Cuando esta situación se presenta, es importante que la mujer incorpore nuevos hábitos en la educación de sus hijos. Estos hábitos les ayudarán a salir adelante y harán que el vacío del progenitor cause un impacto lo menos dañino posible. Las siguientes son algunas recomendaciones para estas valientes madres:

Un patrón masculino

Cuando el padre fallece o se ha apartado totalmente de la familia, es primordial que los hijos tengan un patrón masculino de referencia que podrá ser un familiar cercano como el abuelo, tío, primo, etc., con el que identifiquen el rol del hombre. Esto es especialmente importante cuando hay hijos varones, puesto que algunas situaciones pueden afrontarse mejor entre el adulto y el chico del mismo sexo.

Reforzar la voluntad y autonomía de los hijos

Debes formar con mayor intensidad la educación de la voluntad y la autonomía de tus hijos, con el objetivo que ellos no dependan tanto de ti y así puedas abarcar los demás frentes que tienes a tu mando. Asimismo, debes delegar en ellos algunas responsabilidades acordes a su edad, de forma que todos trabajen equitativamente para que las cosas en casa funcionen.

No descargues en tus hijos las tristezas

Los hijos no deben convertirse en el blanco de tus tristezas, frustraciones y desengaños, en especial cuando son pequeños o incluso adolescentes. Puedes desahogarte con otras personas. Recuerda que tus hijos que también han quedado sin un padre y necesitan del amor de mamá, por eso deberás tener la fortaleza y la paciencia para evitar los lamentos, quejas y gritos frente a los chicos.

Una familia, un equipo 

Para los hijos, ni para la madre es fácil esta situación, por tanto, es importante que exista una comunicación constante y amorosa. Es recomendable que la madre busque un momento para conversar con cada hijo y preguntarle cómo se siente y qué podría hacer la familia para que estuviera mejor. Hay que hacerles saber que continúan siendo una familia, que saldrán adelante y que ahora más que nunca, necesitan estar unidos y apoyarse los unos a los otros.

Fortaleza interior

Aunque creamos que podemos superarlo todo sin ayuda de nada ni nadie, llegará el día en que ya no podamos más. Habrá que llenarse de fortaleza y lograr sanar esa difícil situación. Será mejor pedir ayuda a la familia, al psicólogo del colegio de los niños, o a una amiga, y por cierto a Dios; Él nunca desampara a las madres. Ten presente que si la mamá está bien, los hijos también lo estarán.

Un tiempo para mamá 

El trabajo, la casa, los hijos, la familia, tantas ocupaciones que tiene la mujer sin la ayuda y compañía de un esposo, terminarán agotándola. Lo que menos necesitan los hijos, es una madre fatigada, malgeniada, extenuada, así que mejor tómate un tiempo para hacer algo que disfrutes y te relaje.

Vía: LaFamilia.info

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