“Atesora tus instantes de dicha, serán excelentes almohada para su vejez”. Booth Tarkington.
¿Te has preguntado si lo que haces ahora repercute de alguna manera en lo que será tu vejez? Muchos no lo saben, pero además de los hábitos y la alimentación, el lenguaje verbal, no verbal, el diálogo interno y la interacción con los demás también son parte de la calidad de vida que tendremos en nuestra vejez.
Ser siempre positivos
Si desde ya empezamos a programarnos de manera adecuada, nuestro cerebro hará conexiones positivas que se volverán cada vez más fuertes. Por ejemplo una persona que tiene una creencia limitante, seguramente tendrá resultados limitantes, que si se refuerzan podrían llegar a ser permanentes. Pero, ¿qué sucede con las personas que se autoprograman de una manera más adecuada? Bueno, ellos seguramente afrontarán la vida desde perspectivas más convenientes y con mucho optimismo, lo que a su vez les augurará una vejez exitosa. Una actitud positiva frente a las cosas es algo que nos ayuda a tener una vida mas feliz, según Martin Seligman, psicólogo y fundador de la Psicología Positiva. Tener emociones positivas nos ayuda a afrontar las situaciones externas de una manera óptima, influye en reducir las enfermedades físicas y emocionales, y hasta para vivir más años. Seligman añade que existen emociones para interpretar nuestro pasado, presente y futuro, entre estas se encuentran, el optimismo, la fe, la confianza, la complacencia, entre otras.
Vivir la tercera edad
En un estudio realizado en el año 2000, en los Estados Unidos, por Ostir, Markides, Black y Goodwin, se observaron durante dos años a 2282 personas de origen mexicano y americano, de 65 años de edad o más, respecto a variables como edad, peso e ingresos económicos. Estos fueron luego sometidos a pruebas emocionales y demográficas, donde los resultados de la investigación demostraron que las personas felices tenían la mitad de probabilidades de morir o de sufrir enfermedades. Las emociones positivas pronosticaban claramente que los estados emocionales positivos protegían a las personas de los efectos negativos de la vejez.
Reajustar cómo pensamos
Desde la programación neurolingüística (PNL), se sostiene que interpretar nuestra realidad partiendo desde lo que nos favorece, nos ayuda a visualizar y a proyectarnos de esa misma forma. Por ejemplo, cuando una persona dice “no quiero sentirme estresada o aburrida”, desde la PNL la forma correcta sería, “quiero estar tranquilo y contento”. Esto implica expresar lo que se quiere, no lo que no se quiere. De esta manera, desde este punto ya estamos generando una actitud positiva que nos ayuda a programarnos de manera óptima y a centrarnos en lo que queremos. Proporcionándonos una orientación hacia la satisfacción y el placer personal.
Conocer nuestro cuerpo
A medida que nos programamos de forma óptima nuestro cerebro crea más redes neuronales relacionadas con el bienestar, además nos da una disposición a sentirnos mas relajados y a querernos más. Así sembramos en nosotros ese deseo de autocuidado. Entre más práctica tengamos mejores resultados obtendremos. De ahí que realizar un diálogo interno positivo nos ayudará a regular nuestras emociones y a crear hábitos más saludables que contrarresten las amenazas externas. Si bien es cierto que no podemos cambiar los eventos externos como el clima, la política etc., sí podemos cambiar la forma en cómo los enfrentamos. Al mejorar la relación con nosotros mismos teniendo un diálogo interno favorecedor, también mejoramos la integración con los demás. Logrando así socializar con facilidad y crear un mayor número de redes de apoyo.
Por: Carol Obando
Psicóloga Cognitivo Conductual
Máster PNL
Trainer Coach PNL