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“Cuando mis padres envejezcan”, obra de Annie y Claude Beauducel, trata el tema delicado del acompañamiento de los padres cuando ya son ancianos. El libro se apoya en la experiencia personal de los autores, en testimonios contundentes y en la Palabra de Dios.

Llega un momento en que nos vemos impotentes o desvalidos ante el envejecimiento de nuestros padres. Quizá indecisos o incapacitados en cuanto a las medidas más apropiadas para su bienestar. Esta pequeña guía práctica y espiritual tiene el propósito de ayudar a esta generación a atravesar este delicado periodo, orientarla en el discernimiento de la mejor decisión según cada situación particular.

El desasosiego ligado al envejecimiento de los padres

Este libro alude desde el principio a la angustia relacionada con el envejecimiento de los padres. Los hijos ven, más o menos progresivamente, que sus referentes se tambalean, su seguridad afectiva se desmorona y su tranquilidad de espíritu se escapa. Además, el envejecimiento de sus padres les recuerda su propia finitud, una idea que puede causar temor.

De la necesidad de discernir

El libroCuando mis padres envejezcan” plantea numerosas preguntas con el fin de ayudar al discernimiento y a la toma de decisiones. Siempre con vistas al bienestar de los padres ancianos, pero también para el de los hijos.

Decidir soluciones como si mantenerlos en casa o costear un asilo, depende de la situación particular de cada uno. ¿Cuáles son las prioridades: la pareja, los hijos, los padres, el trabajo? ¿Cómo conciliarlas y obtener un equilibrio sano?

El libro habla de la transformación del día a día para respetar el mandamiento divino de “honrar” a los padres hasta el final. Asimismo, habla de una nueva organización necesaria y del reparto de tareas entre los hermanos.

Los ancianos siguen siendo personas

Así, los autores hacen un llamamiento a la paciencia, al respeto y a la compasión hacia nuestros mayores. Claude Beauducel subraya la convicción íntima que comparten y que sostiene su obra: “Los ancianos siguen siendo personas. Conservan su dignidad como personas, sea como sea la disminución eventual de sus facultades”.

Una invitación a abandonarse en las manos del Señor

Annie y Claude Beauducel están convencidos de una cosa: todas estas inquietudes, las conmociones, las dudas, totalmente legítimas todas, pueden atenuarse e incluso desaparecer si vivimos en la oración. En la gracia de los sacramentos de la reconciliación y de la unción de enfermos, en una confianza en Dios y en un abandono entre las manos del Señor. Porque Él nos ilumina, si se lo pedimos, sobre las decisiones que tomar nos ayudará a superar estos desafíos.

 

Vía: Aleteia.org

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