En el 56% de los casos de divorcio uno de los miembros de la pareja ha manifestado obsesión por las páginas porno de internet.
Varios estudios han demostrado que el consumo de pornografía perjudica al cerebro. Esto se da a que existe una relación negativa entre la cantidad de horas que un sujeto ve porno y la cantidad de materia gris que se encuentra en la zona del cerebro involucrada en el aprendizaje y la memoria.
Siendo esto así, no es de extrañar que diferentes estudios lleguen a la conclusión de que la adicción al porno causa estragos en las relaciones de pareja, el matrimonio y la familia. Así lo constatan otros informes que analizan el masivo consumo de pornografía en el seno de muchos hogares.
La adicción al porno puede llegar a destruir un matrimonio
En septiembre de 2015, el portal ‘Sorpresas para tu pareja’ informaba sobre los efectos perniciosos para el matrimonio cuando uno de los componentes de la pareja (habitualmente el hombre) es adicto al consumo pornográfico. Donde se añadía que esta adicción “está destruyendo matrimonios”.
En el 2004 la doctora Jill Manning, licenciada en terapia matrimonial y familiar y especializada en trabajar con individuos afectados por adicción sexual o pornografía, constató que el 56% de los casos de divorcio involucraban a una parte de los dos componentes de la pareja teniendo un interés obsesivo en páginas pornográficas. Al mismo tiempo, exponía hasta razones por las que la adicción a la pornografía puede llegar a destruir un matrimonio.
- Destruye la confianza. La pareja del adicto o adicta se siente traicionada cuando se entera del problema.
- Obstaculiza la intimidad emocional. La pornografía lleva a tratar a la otra persona como un objeto e impide una interacción significativa con ella.
- Destruye la autoestima. Cuando los hombres y mujeres han sido expuestos a la pornografía son más propensos a no estar satisfechos con su apariencia física, del afecto y del rendimiento sexual de su pareja. Además, no sólo afecta en cómo ves a los otros sino también en cómo te ves a ti mismo.
- Causa egoísmo. Promueve el egoísmo y el placer inmediato. Muchos piensan solo en recibir, no en dar. Una relación donde uno sólo está interesado en recibir no dura mucho tiempo.
- Degrada a las mujeres. Los resultados muestran que cuanto más porno ve un hombre, más probable es que quiera que las mujeres sean sumisas y subordinadas a ellos. Cambia la manera en que los hombres las ven convirtiéndolas en objetos debido a la manera degradante en que las mujeres y el sexo son retratados.
- Conduce a la insatisfacción matrimonial. Las investigaciones muestran que los hombres que han sido expuestos a la pornografía se puntúan a ellos mismos como menos enamorados de su pareja de lo que se puntúan los que no la han visto. El hecho es que la pornografía hace más difícil tener relaciones de amor verdaderas.
- Es una puerta de entrada a la infidelidad. Incrementa la infidelidad matrimonial en un 300%, disminuyendo el compromiso con la relación.
Vía: Aleteia.org