La educación inicial en nuestro medio acoge a los niños de 2 a 5 años, agrupándolos según su edad en los niveles: maternal (2 años), prekinder o inicial 1 (3 años), kinder o inicial 2 (4 años) y primero de básica (5 años).
En los años iniciales, los centros de desarrollo infantil van a priorizar el desarrollo de habilidades sociales que faciliten la convivencia e integración de nuestros hijos en un entorno diferente al hogar, para más adelante ir estimulando habilidades de aprendizaje que permitan un óptimo desarrollo al entorno escolar formal.
Hoy en día contamos en nuestro medio con una gran oferta de centros de educación inicial o preescolar. Por lo tanto, para los padres, muchas veces es difícil establecer “el mejor” en términos generales, por lo que debemos buscar el que se adapte a nuestros valores y expectativas.
Cómo familia debemos establecer nuestras prioridades respecto de esta elección. Una vez con estas claras, podemos visitar cada institución y evaluarlas personalmente.
Criterios a tener en cuenta:
Ubicación: Lo ideal es que esté cerca de la casa, para que el niño descanse de manera adecuada y en caso de alguna emergencia poder acudir a él rápidamente.
Instalaciones: deben estar adaptadas para niños pequeños. Es importante que las sillas y mesas sean del tamaño adecuado, al igual que los juegos y los baños. Se deberían evitar las escaleras para acceder a los salones, sobre todo para los más pequeños de 2 y 3 años. Todo esto no sólo por la comodidad de nuestros hijos, sino por su seguridad.
Entorno de aprendizaje: Los niños pequeños necesitan muchos estímulos visuales, por lo que su entorno de aprendizaje debe ser alegre y colorido. Los salones deben ser amplios, para que se puedan implementar distintas actividades educativas. Estos espacios, conocidos como “rincones”, favorecen a actividades específicas como la lectura, la concentración, la construcción, el juego, la música o la práctica del inglés.
Las maestras y la metodología: Estos aspectos no se pueden separar en esta etapa, pues en nuestros niños pequeños el aprendizaje está muy ligado a lo afectivo. En este sentido, es tan importante que se maneje un método que favorezca la independencia, la autoestima y las ganas de aprender de nuestros hijos. Que haya un equipo de profesores que los acoja con cariño y los anime a ser mejores es importante.
Formación en valores: Esta es la mejor edad para reforzar los valores morales y espirituales que nuestros hijos viven en la casa. El centro que escojamos debe compartir nuestros valores y reforzarlos a través de actividades lúdicas con sus compañeros y experiencias que involucren a todas las familias.
Seguramente, cada familia podrá identificar otros aspectos importantes a evaluar, pero sin lugar a dudas todos coincidirán en que esta no es una decisión que se toma a la ligera por el bien de nuestros tesoros más pequeños.
Por: Psic. Inés Cobo de Gilbert
Directora Ejecutiva Sir Thomas More