Todos siempre tienen una opinión pero, ¿qué quieres como mamá?
Cuando me enteré de mi embarazo supe desde el primer momento que quería dar de lactar a mi bebé, ante lo que surgieron dudas que quise entender a profundidad sobre sus beneficios. Empecé leyendo algunos libros, asistí a conferencias, inclusive me hice miembro de ¡la liga de la leche! (sí, esto existe).
Conforme aprendía sobre lactancia, más me convencía de que era lo mejor para mi hijo y para mí. La teoría me enamoró, la práctica aún más, tanto así que, meses luego de dar a luz, estudié como asesora en lactancia materna –meta que pronto alcanzaré-.
Algunos de los beneficios para tu bebé que descubrí
- La leche materna es la primera y mejor inmunización que recibe el bebé; no existe vacuna que la iguale, pues protege o disminuye el riesgo de sufrir alergias, enfermedades gastrointestinales, problemas respiratorios, infecciones, obesidad, diabetes, presión alta, entre otros.
- La leche materna se adapta según ciertas necesidades. Por ejemplo, si el bebé está resfriado, su composición cambia para fortalecer su sistema inmunológico y combatir la infección. Ninguna fórmula infantil compite contra eso.
- La lactancia materna exclusiva (alimento único del bebé) durante los primeros 6 meses de vida, se asocia con una reducción del 20% del riesgo de leucemia infantil. Mientras que complementada con fórmulas infantiles solo llega a un 9%.
Dar de lactar, un bien para la mamá
- Disminuye el riesgo de sufrir cáncer de mamas, ovarios y endometrio, así como artritis reumatoide y menor probabilidad de sufrir depresión post parto.
- A nivel emocional, la lactancia fortalece el vínculo madre-hijo, proporcionando al bebé seguridad y contención.
Pero, ¿qué dicen los demás?
A pesar de lo que la teoría evidenciaba, mis averiguaciones sobre la práctica no eran esperanzadoras. Escuchaba opiniones y sugerencias en su mayoría negativas. Que “duele muchísimo”, “te van a sangrar los pezones”, “dar de lactar es una esclavitud”, “no tuve suficiente leche”, “mi leche no alimentaba a mi bebé”, y tantas más.
Y me sorprendió que la mayoría de mujeres abandonaban la lactancia y pocas lograban lo recomendado por la OMS de realizarla de manera “exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más”.
Actualmente a nivel mundial “solo un 40% de los lactantes menores de seis meses reciben leche materna como alimentación exclusiva”. Hay ciertos casos –considerados la excepción– en los que no se puede dar de lactar, como madres con VIH o con situaciones clínicas especiales; pero, la realidad teórica y natural es que la mayoría de mujeres podemos dar de lactar.
Qué descubrí
Lo anterior me llevó a cuestionarme por qué tantas mujeres no tienen una experiencia satisfactoria. Viví, con un bebé que recibió 6 meses de lactancia materna exclusiva y que, a sus 9 meses, no ha probado fórmula, me atrevo a concluir que:
- Muchas veces fracasa por un mal agarre, falta de información y apoyo social, familiar o laboral.
- Existen ciertos factores emocionales que pueden interferir con la lactancia.
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No debe doler, ser mal vista, ni fundada en teorías irreales como que, a medida que pasa el tiempo, “la leche se vuelve agua”. A fin de conocer más sobre sus beneficios, mi experiencia y alternativas ante dificultades, acompáñenme en otras publicaciones trataré más el tema y sus dudas. Siempre recuerden que la leche materna es el mejor alimento que puedes darle a tu bebé, pero lo MEJOR que le puedes dar eres TÚ, sin importar qué medio utilices: lactancia exclusiva, lactancia mixta o fórmula.
FUENTES:
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Por: Psic. Daniela Nugué
Máster en Asesoramiento Educativo y Familiar
Asesora en lactancia materna