A un mes de la marcha (14 de octubre) finalmente el Frente Nacional por la Familia fue recibido por la comisión que analiza la Ley de Violencia contra la mujer. El Frente dejó expresada su preocupación ante la propuesta de ley que atenta contra la familia. La votación definitiva se realizará el 21 de noviembre, pero ante esta situación continúan las diversas opiniones respecto al tema. A continuación compartimos la columna de Steven Neira respecto a la «ideología de género».
No pude evitar la sorpresa al constatar que la nueva bandera de batalla es ésta de que “no existe la ideología de género”, sino tan solo como una especie de cuco utilizado por grupillos conservadores que han logrado engañar a los más ignorantes. Luego, la señora Buendía – hace poco negando la existencia de la ideología de género – parece no haber leído a Simone de Beauvoir, Shulamith Firestone o a Judith Butler (fue rechazada en Brasil, justamente por ser una de las grandes gurúes de la ideología de género), cosa que también me sorprende, siendo ella tan feminista. Seguramente se trata de que el aclamado enfoque de género al que hace mención en su columna del Diario Extra no tiene nada que ver con la ideología de género. Tal vez sea eso lo que quiso decir, y que siendo así, también se ha equivocado.
Primero debe quedar claro que los estudios de género no se enfocan solamente en los comportamientos de hombre y mujer en la sociedad, sino que éstos están intrínsecamente unidos a los estudios LGBT. Ciertamente – y en esto le doy la razón Sra. Buendía – no pueden tener un solo enfoque, pues la persona (y no sólo su sexualidad, que es tan sólo una parte de lo que la persona es) es muy compleja. Ahora, sería interesante saber, ¿bajo cuál de los tantos enfoques quisiera, Sra. Buendía, que se imparta esto en el sistema educativo del Ecuador? Porque si se quiere hablar del comportamiento del hombre y la mujer, hay matrícula abierta para las facultades de psicología, si se quiere ahondar en las innegables injusticias históricas de las que las mujeres han sido objeto. Pues estoy muy de acuerdo en que deban profundizarse en las clases de historia, pero si no es ni lo uno ni lo otro, sería mejor ahorrarnos tantas columnas siendo claros en decir qué es exactamente lo que está proponiendo Sra. Buendía. Y la bandera de la defensa de la mujer y su dignidad ciertamente no requiere de estos enfoques, justamente porque estos enfoques están intrínsecamente ligados con las nefastas ideologías que usted pretende negar.
Finalmente, ¿por qué poner a Alemania como ejemplo a seguir, haciendo alusión al reconocimiento de la intersexualidad como “faceta” de la personalidad? ¿Desde cuando los Tribunales legitiman teorías psicológicas o visiones antropológicas? Ciertamente, es a lo que ciertos socialismos nos tienen mal acostumbrados: la convicción de que el Estado debe legitimar los aspectos del individuo que a todas luces no le competen. Y si tanto quiere seguir ejemplos extranjeros, ¿por qué no citar a Bolivia que derogó el “matrimonio transexual”? ¿O tan solo son dignas de ser imitadas las posturas izquierdosas que han caído en el mito del progreso?
Usted ha terminado su columna diciendo que “hacia allá va el mundo”. Y si hacia allá va, ¿por qué habríamos nosotros de seguirlo? Las masas no son una buena fuente de sabiduría. Con justa razón decía Séneca, que las opiniones no deben ser contadas sino pesadas.