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El hit musical del verano 2014 en el Perú ha sido la canción “Soy soltera y hago lo que quiero” de una modelo peruana que se ufana de aplicar literalmente esta frase en su vida personal y, por supuesto, para cierto público se ha convertido en una especie de “heroína” del libre albedrío, ventilando públicamente una experiencia amorosa extramarital con un jugador de fútbol.

Y es que detrás de esta canción y de esta expresión, hay mucho más que rebeldía o liberación femenina. Está la premisa que el mundo quiere instalar en cada persona: “la libertad es hacer lo que se nos venga en gana”. Cualquier otra cosa que no se parezca a ello, no es libertad sino estrechez de conciencia, manipulación religiosa, represión de “sanos” instintos y esclavitud al fin y al cabo. Solo se es libre, haciendo lo que se nos venga en gana.
El predicador católico Salvador Gómez afirma que: “El ceder constantemente ante los instintos, las pasiones y los arrebatos sin ningún discernimiento solo te lleva a una peor esclavitud”. ¿Qué es la liber¬tad entonces según la Palabra de Dios? Libertad es hacer lo que es bueno (para ti y para los demás), lo que agrada a Dios, lo que es perfecto (Romanos 12, 2). Y es que: “todo me está permitido, pero no todo es conveniente” (1 Corintios 6, 12).

Del mismo modo, en nuestra sociedad, mayoritariamente cristiana, se han establecido “semáforos” a nivel moral que algunos quisieran eliminar por completo para ser (según ellos) “verdaderamente” libres. Estos “semáforos” (mandamientos, sacramentos, virtudes) ahora saben a prejuicios trasnochados para mucha gente, especialmente entre los jóvenes.

Nosotros los cristianos no podemos imponer nuestros “semáforos” a quienes no quieren respetarlos, pero sí podemos, y debemos, testimoniar su validez y vigencia. Millones de hombres y mujeres en el mundo vivimos libres y felices, habiendo formado matrimonios estables y duraderos; con familias bien constituidas todo gracias a estos “semáforos” que encontramos en la Palabra de Dios y que nos preocupamos por respetar. No tenemos la cobertura de los medios de comu¬nicación pues no es “noticia” una familia feliz, pero somos muchos y estamos por todas partes, aunque algunos no lo crean.

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