El P. Dwight Longenecker, autor de varios libros católicos y párroco en Carolina del Sur, Estados Unidos, propone algunas iniciativas para abandonar el chisme, acción que destruye al hombre a través de la calumnia, la murmuración y la mentira.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, en su numeral 2507, “el respeto por la reputación y el honor de las personas prohíbe toda detracción y calumnia en palabra o actitud”. En ese sentido, en su artículo publicado en el National Catholic Register, el sacerdote ofrece 10 maneras de detener el chisme ya sea en la escuela, trabajo, familia o vida parroquial.
“Casi siempre los chismes se tratan de medias verdades. Una persona obtiene un lado de la historia y una parte de la verdad, luego saca la conclusión equivocada y le dice a otra persona. La mentira se vuelve exagerada y se extiende aún más. En poco tiempo las personas inocentes son arrastradas a una vorágine de chismes, insinuaciones y mentiras”, sostuvo Longenecke. Por esta razón el sugiere lo siguiente:
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No creer en nadie y creer en todos
“En otras palabras, cree lo que la persona te ha dicho. Realmente piensan que lo que han dicho es verdad y desde su punto de vista es cierto. Sin embargo, recuerde que siempre hay otro lado de la historia. Por lo tanto, no les creas. Detente y muerde tu lengua”, sostiene el párroco.
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Reunir todos los hechos
El sacerdote indica que no se debe tomar la palabra de nadie, sino averiguar “realmente con tantas personas como sea posible”.
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Ir a la fuente
“Por el amor de Dios, tenga el coraje, la gracia y el sentido común para ir a la fuente. Si Luisa habla sobre Alberto, ve directamente a Alberto para averiguar los hechos”, afirma el P. Dwight.
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Dar el beneficio de la duda
El presbítero sostiene que siempre es bueno creer lo mejor y no lo peor, es decir, que “si escuchas algo malo acerca de alguien, imagina por qué lo hicieron (si realmente lo hicieron) y cuáles podrían ser sus buenas motivaciones”.
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Callarse
“No tienes que hablar y contarle todo a todo el mundo. Incluso un tonto es considerado sabio si mantiene la boca cerrada. Habla la mitad de lo que escuchas”, aconseja el P. Dwight.
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Desafiar los chismes
El sacerdote indica que uno no debe ser crédulo y preguntar directa pero dulcemente a la persona: “¿De verdad sabes si esto es cierto?”.
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Desafiar el chisme con dureza
“¡Lo que me estás diciendo es un chisme sucio y destructivo! ¡Me niego a creerlo y creo que deberías mantener la boca cerrada!”, es otra opción que da el párroco, quien asegura que esta no gustará.
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Fijar los ojos en la verdad
“¿Por qué perder el tiempo en chismes tontos e inútiles?”, pregunta el P. Dwight.
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Enfocarse en los demás
Intenta pensar cómo piensan quienes propagan los chismes: “¿Sabes por qué te gustan los chismes? Porque te hace sentir superior. Hablas negativamente sobre otros porque piensas que eres mejor que ellos. Entonces envenenarías y destruirías sus vidas para hacerte sentir bien por un momento”.
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Orar por las personas involucradas
El presbítero concluyó que debe ofrecerse una oración por quienes propagan el chisme diciendo “Señor, ten piedad”.
Vía: ACI Prensa