Algunas parejas que han asumido libremente la decisión de esperar al matrimonio antes de tener relaciones sexuales pueden considerar que no hay ningún problema en irse de vacaciones juntos o en dormir en la misma habitación de un hotel o de la casa de unos amigos o familiares.
Es frecuente que estos jóvenes argumenten que no hay nada malo en hacer esto y que se debería “confiar en ellos” puesto que tienen “las ideas claras” al respecto. Efectivamente, puede ser que durante estos momentos de convivencia tan cercana no pase nada, sobre todo si la intimidad de cada persona se respeta por completo. Es evidente que compartir una habitación no es necesariamente sinónimo de tener relaciones sexuales, pero existen razones para desaconsejar estas situaciones que vale la pena tener en cuenta.
En primer lugar, si uno ha tomado la decisión de esperar al matrimonio para tener relaciones sexuales, debes saber que hay medios que facilitan lograrlo y otros que lo ponen más difícil. Por ejemplo, en situaciones como las anteriores, aunque en teoría es posible, en la práctica puede resultar difícil estar con la otra persona “como si fuera tu hermano/a”. Casi sin darse uno cuenta, se van deseando más muestras físicas de cariño, y cada vez más íntimas, que pueden llevar a la pareja a tener una relación sexual, aunque esto no fuera inicialmente su propósito.
Además, las acciones de una pareja tienen un efecto ejemplarizante. Puede ser beneficioso para otros poder contar con el ejemplo de parejas que muestren claramente en público que quieren esperar al matrimonio antes de tener relaciones sexuales. Cuando una pareja duerme en la misma habitación, evidentemente este mensaje queda más bien en duda (y a menudo se da por supuesto que sí hay relaciones sexuales en esa pareja).
Evitar este tipo de convivencia, más que una “falta de confianza”, es una cuestión de “estilo de vida” libremente asumido. Este estilo identifica a algunas parejas y, a la vez, transmite a los demás aquellos valores personales que deseamos preservar por ser fundamentales en la vida, pudiendo ayudar a otros jóvenes a querer vivir lo mismo.