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¿Te has puesto a pensar qué clase de padre eres?

Las personas nos identificamos y diferenciamos según nuestras actitudes, aptitudes, formas de ser, etc. Estas también se pueden trasladar al momento en que nos convertimos en padres. No en vano escuchamos siempre “un hijo no viene con un manual bajo el brazo”, y es cierto, pero muchas veces, en el día a día vemos cómo nos inclinamos hacia algún “tipo de padres”, veamos cuáles pueden ser.

Padres tigres

Su ‘pequeño’ puede tener 5 o 35 años y ellos siguen pidiéndole que se abrigue al salir o que avise dónde va a estar. Es cierto que la labor de los padres jamás termina, pero ellos se lo han tomado muy a pecho. Estos padres, tal como los tigres con sus cachorros, están al acecho, observando, cuidando desde lejos y atacarán si lo consideran necesario.

Padres primerizos

Si bien en algún momento todos son padres primerizos, hay quienes poseen estas características muy arraigadas. Nos encontramos con los padres que están en plena chochera con sus hijos. Si ves su celular o redes sociales, solo encontrarás fotos de su pequeñín. A su vez, solo hablan de su retoño y cada anécdota o situación será a acerca de este. Definitivamente, su vida gira en torno al nuevo bebé.

Los amigos/padres

Ellos buscan tener una relación de confianza y mucha comunicación con sus hijos. Desde el inicio marcan el trato que tendrán con ellos al hacerle todo tipo de preguntas. “¿Cómo estuvo la escuela? ¿Qué te enseñaron hoy? ¿Qué hiciste con tus amiguitos?” Y las preguntas van cambiando según va creciendo. “¿Qué tal la fiesta? ¿Conociste a alguien interesante? ¿Qué tal el trabajo? ¿Qué pasó con tu jefe? Los amigos/padres no confunden su rol de ser papás, lo único que desean es dar los mejores consejos a sus pequeños y que sepan que pueden contar con ellos.

Padres del pasado

Como dice el dicho “recordar es volver a vivir” y eso es lo que hacen los padres del pasado. Son los que constantemente cuentan anécdotas y vivencias de su juventud. Ya sea para sacar a relucir una experiencia propia o que sirva de lección para sus hijos, ellos saben que es la mejor forma de enseñarles a no caer en sus mismos errores. O quizá lo hacen porque su vida de adolescente fue divertida y quieren que sus hijos la conozcan.

Los relajados

Después del segundo hijo, los nervios, desesperación, estrés y angustia, desaparecen. El primer hijo se llevó todo eso y ahora son unos padres relajados y seguros. Ellos saben la forma en la que han criado a sus hijos y que es momento de disfrutar de la cosecha. Están conscientes que esa gripe tiene cura, que el raspón de la rodilla no es tan grave como parece y que los gritos, por no obtener una buena calificación en el examen, no son necesarios porque esa mala nota no marcará la carrera profesional de su hijo.

¿Te sientes identificado con alguno de estos tipos de padres o eres una mezcla de ellos? Sea cual sea tu caso, sin duda has hecho un excelente trabajo y tus hijos siempre te lo agradecerán.

Por: Ma. Alejandra Granja Jijón
Máster en Dirección de Comunicación Corporativa

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