Nuestros niños deben aprender sobre la importancia de la actividad física en sus vidas.
Es innegable que el estilo de vida de nuestra sociedad ha cambiado impresionantemente desde el siglo pasado. En muchos de estos aspectos los cambios han sido positivos: se nos ha permitido explorar áreas recónditas del planeta, abrir nuevas posibilidades con el desarrollo de la ciencia, eliminar las distancias gracias a las telecomunicaciones, comprender y ayudar mejor a nuestros hijos con el desarrollo de las neurociencias, entre otros.
Sin embargo, hemos dejado de lado el cultivo y cuidado de nuestro cuerpo, restringiendo las actividades físicas a gimnasios o entrenamientos. Donde cada vez es más común que los chicos pasen dentro de casa y escucharlos decir que, el único ejercicio que hacen son las clases de Educación Física.
Y es que por cuestiones de seguridad –y algo de comodidad– creemos que es mejor que nuestros hijos pasen en casa. Es por esto que es imprescindible empezar a insertar en nuestra vida diaria hábitos que estimulen un desarrollo armonioso de nuestro cuerpo. Para lo que se pueden implementar pequeños cambios en la rutina diaria:
Atender a las mascotas: Además de comida y cariño, los animalitos necesitan movimiento. Dedicar unas horas a jugar con el perro o para los más grandes sacarlo a pasear es una gran forma de que ambos se ejerciten y lo disfruten.
Acompañar a hacer las compras: En un centro comercial, sin darnos cuenta, fácilmente podemos subir y bajar hasta 4 veces las escaleras y recorrer más de 1 km en una sola tarde. Esta también es una oportunidad para disfrutar de una salida en familia.
Preparar actividades los fines de semana al aire libre: explorar la urbanización donde viven, visitar a familiares, salir a andar en bicicleta, nos permite integrarnos como familia y también que todos realicemos ejercicio, para luego buscar un descanso reparador.
Aprovechar la tecnología: Si bien los juegos de video son parte importante del sedentarismo de los chicos, existen opciones que estimulan el razonamiento e involucran el movimiento del cuerpo. Juegos que simulan bailes, deportes aventuras son grandes oportunidades para ejercitarnos.
Todas las personas a todas las edades, sea cual sea su sexo o su estado de salud, se benefician de ser físicamente activos. Dejemos que los niños, quienes tienden por naturaleza a ser muy activos, disfruten un poco, esto también nos podrá ayudar como padres.
Por: Psic. Inés Cobo de Gilbert
Directora Ejecutiva Sir Thomas More