Los doce menores más su profesor han sido extraídos de la gruta donde se encontraban atrapados.
Desde finales de junio, doce adolescentes integrantes de un equipo de fútbol y su entrenador, estaban perdidos en la cueva Tham Luan Nang Non, provincia de Chiang Rai, Tailandia. Luego de nueve días de intensas búsquedas, el pasado lunes, 2 de julio, se confirmó que los habían encontrado con vida. Este hallazgo es considerado como un verdadero milagro; así como los posteriores operativos de rescate, como auténticos actos de fortaleza y amor al prójimo.
La esperanza de encontrarlos vivos
Las labores de búsqueda se efectuaron en un lugar turístico vinculado al budismo en Tailandia; este había quedado inundado a raíz de las fuertes lluvias. Precisamente, eso fue lo que motivó al equipo de fútbol a buscar refugio en la cueva; lo que terminó con su posterior desaparición.
El trabajo, con el correr de las horas, se transformó en una verdadera carrera contrarreloj y las inclemencias del tiempo. Pero la fe y la esperanza de encontraros con vida siempre se mantuvo intacta. “Recé a Dios por ellos, pero en mi corazón sé que van a sobrevivir”, expresaba a las pocas horas de conocerse la desaparición de estos niños y adolescentes de entre 11 y 16 años un padre desesperado.
El hallazgo milagroso
Los rescatadores británicos que por fin los localizaron llegaron a su refugio. A un kilómetro bajo tierra en un estrecho y ventoso sistema de cuevas en el norte de Tailandia los encontraron. Los rescatistas filmaron a los 12 niños atrapados en las oscuras entrañas de una gruta inundada; ellos se veían con un aspecto demacrado y hambriento. Este vídeo lo han visualizado millones de veces en distintos lugares del mundo.
Una de las primeras frases que se escuchan en el vídeo, después de recibir el saludo del rescatista, es la voz de uno de los adolescentes que decía: “estoy muy feliz”. “Nosotros también estamos felices”, responde el socorrista. “Muchas gracias”, responden los niños.
La fortaleza de un verdadero equipo
Gratitud y resiliencia son seguramente dos valores presentes es este joven equipo de chicos. Ellos vivieron un momento dramático que gracias a Dios se resolvió del mejor de los modos. Ahora toca la difícil labor de garantizarles el apoyo físico y psicológico ante el fin de esta pesadilla.
Ante este tipo de situaciones es importante por una parte contar con agua potable, alimentos y ropa para sobrevivir. El frío, el hambre y la deshidratación tiene implicaciones físicas y psíquicas que puede llevar a un mal funcionamiento del cerebro en el momento de tomar decisiones. Pero sobre todo lo más importante es contar con la certeza del apoyo afectivo de todos sus seres queridos y del ingente equipo de rescate.
Hasta el día de ayer, se confirmaron ocho niños rescatados y atendidos en el Hospital Provincial de Chiang Rai. Las operaciones de rescate se interrumpieron el domingo para poder reponer las botellas de aire comprimido. Hoy confirmaron el rescate de todos los implicados.
Sentir el afecto de quienes sufren con ellos esta desgracia será el principal motivo para no dejar de luchar. Siempre y cuando se adapten al ambiente y no perciban la situación como un riesgo que amenaza su vida, los adolescentes estarán bien.
Estas noticias y eventos nos recuerdan el gran valor en la vida del apoyo moral y afectivo que todos los seres humanos necesitan para desarrollar de manera equilibrada y serena la propia vida independientemente de las circunstancias.
Vía Aleteia.