El Papa y los patriarcas ortodoxos se reunieron en Bari, el pasado 7 de julio para apoyarlos a los cristianos sirios, egipcios e iraquíes, tanto católicos como ortodoxos.
La violencia y los desplazamientos forzados, están ocasionando que tanto católicos como ortodoxos estén desapareciendo de Medio Oriente, ante el silencio internacional se llevó a cabo la reunión entre el Obispo de Roma y los Patriarcas.
¿Por qué se reunieron en Bari?
En esta ciudad marítima del sureste italiano se conservan las reliquias de San Nicolás, obispo de Myra (hoy Turquía) en el s. IV, y que es venerado tanto por católicos como por ortodoxos, por eso Francisco dice que Bari es “ventana abierta al cercano Oriente”.
El Sumo Pontífice y los Patriarcas de las diversas Iglesias cristianas ortodoxas, en un gesto ecuménico, se reunieron a rezar por la paz de Medio Oriente. “Una densa nube de tinieblas: guerra, violencia y destrucción, ocupaciones y diversas formas de fundamentalismo, migraciones forzosas y abandono, y todo esto en medio del silencio de tantos y la complicidad de muchos”, denunció el Papa.
El Pontífice lamentó el éxodo de cristianos: “Oriente Medio se ha vuelto una tierra de gente que deja la propia tierra”. Y explicó que existe el riesgo de que “se extinga la presencia de nuestros hermanos y hermanas en la fe, desfigurando el mismo rostro de la región, porque un Oriente Medio sin cristianos no sería Oriente Medio”. (News.va, 7 jul. 2018)
Una indiferencia que mata
Después de la reunión en la basílica de San Nicolás, el Papa y los Patriarcas fueron al malecón, para un encuentro de oración por los cristianos de medio oriente y por “tantas personas que viven en situación de gran sufrimiento”.
Con mucha fuerza y claridad, Francisco hizo una denuncia al sistema internacional: “La indiferencia mata, y nosotros queremos ser una voz que combate el homicidio de la indiferencia. Queremos dar voz a quien no tiene voz, a quien solo puede tragarse las lágrimas, porque Oriente Medio hoy llora, sufre y calla, mientras otros lo pisotean en busca de poder y riquezas.” (Vatican Insider, 7 jul. 2018)
Los nuevos Hiroshima y Nagasaki
Un poco más adelante, el Papa argentino también hizo una fuerte condena contra la guerra en Medio Oriente, e hizo una referencia a los últimos combates en Siria, “que han provocado un enorme número de desplazados, expuestos a sufrimientos terribles”.
Explicó el Santo Padre que “la guerra es hija del poder y la pobreza” y dijo que la guerra “se vence renunciando a la lógica de la supremacía y erradicando la miseria”. También señaló que la violencia “se alimenta siempre de armas” y denunció las “desenfrenadas carreras de rearme”.
El Pontífice pidió aprender de la Historia: “no dejemos de lado las lecciones de Hiroshima y Nagasaki, no convirtamos las tierras de Oriente (…) en oscuras extensiones de silencio”. Además, el Papa también apuntó hacia la ambición petrolera: “basta de la sed de ganancia, que no se detiene ante nadie con tal de acaparar depósitos de gas y combustible, (…) y sin ningún escrúpulo en que el mercado de la energía dicte la ley de la convivencia entre los pueblos”. (Vatican Insider, 7 jul. 2018)
No perdamos parte importante de la historia
Los cristianos han estado en Medio Oriente desde hace dos mil años e incluso antes de que Mahoma fundara el Islam. Son parte de la historia y de la cultura de sus países. Por eso, Medio Oriente no se puede entender sin la presencia de los creyentes en Cristo.
Por eso hoy es importante destacar que estos cristianos no están regresando a Occidente, sino que están siendo “arrancados” de su tierra, por las guerras del petróleo y algunos fundamentalismos, que también afectan a los musulmanes. El bien de la economía mundial no es suficiente justificación para dejar a pueblos sin hogar.
Por: P. Luis-Fernando Valdés
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