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¿Qué son pensamientos automáticos y cómo podemos gestionarlos?

Ricardo le pidió a Cristina, su novia, que se vieran en la tarde porque quería hablar con ella. Bastó ese corto mensaje para que Cristina sintiera que el mundo se le venía encima… “¡me va a terminar!, seguro hice algo mal, no sé qué es, pero de seguro no le gustó como le hable ayer o que no me despidiera bien por la noche… Seguro me termina”. Así pasó el resto del día, con diferentes tipos de pensamientos catastróficos y algunos hasta irracionales. Por supuesto, lo que Ricardo quería hablar con ella no tenía absolutamente nada que ver con catástrofes ni desenlaces negativos.

Los pensamientos de Cristina son los famosos “pensamientos automáticos”, aquellos que, sin poder controlarlos, aparecen “de la nada” de manera fatalista, distorsionada o disfuncional. La mayoría de veces, estos se dan sin existir evidencia objetiva alguna que indique que aquello que piensas es verdad.

Los pensamientos automáticos son aquellas cogniciones que surgen espontáneamente en la mente, suelen ser breves pero muy potentes y a menudo la persona es más consciente de la emoción que experimenta como consecuencia del pensamiento, que del pensamiento en sí.

El problema con estos es que, basta con un “no sirvo” o “no soy capaz” para desarrollar conductas de evitación y aislamiento. Además, generará problemas de seguridad que repercutirán en la vida cotidiana de la persona y en el desarrollo de sus relaciones emocionales, laborales, etc.

¿Cómo gestionarlo?

Tengo que decir que, como buena psicóloga, mi recomendación es buscar ayuda. La terapia ayuda a cuestionarte el porqué de estos pensamientos, sus bases y los obstáculos auto impuestos que no te permiten salir de ellos. Por supuesto también podrás trabajarlos y volverlos más racionales y funcionales.

Dicho esto, existen diferentes tipos de herramientas de uso general porque seamos honestos, a todos se nos vienen uno o dos pensamientos de estos de vez en cuando.

  • Adopta una actitud proactiva, intenta recuperar el contacto con otras perspectivas de una misma realidad.
  • Identifica cuál es el principal miedo o fuente de malestar que está activando tus pensamientos repetitivos. ¿Se relaciona con algo del pasado, presente o futuro? ¿Hay algo que puedas hacer para cambiar la situación?
  • Si la respuesta es afirmativa, oriéntate hacia las posibles soluciones. Caso contrario, disponte a dejar ir lo que no depende de ti y concéntrate en lo que sí depende de ti: cómo llevarlo mejor.
  • Establece metas concretas que contribuyan a mejorar tu estado de ánimo. Aquí la realización de actividades gratificantes te ayudará a centrarte en el presente y aumentará gradualmente tu sensación de autocontrol y orientación.
  • Sal a dar un paseo o haz ejercicio físico, la distracción es una gran aliada.
  • Habla con alguna persona amiga. Poner en palabras tus pensamientos rumiativos, permite organizar ideas y estructurar un discurso coherente permitiendo una visión más realista de las cosas.
  • Escribe tus pensamientos, te permitirá organizarlos y verlos desde una perspectiva más real, ofreciéndote la oportunidad de identificar si hacen sentido.

Y por útlimo, y la que más me gusta a mi es: autoafirmaciones positivas. ¿Has escuchado la manera en la que te hablas? Sé más compasivo contigo mismo, date un espacio para descansar tu mente y dite cosas buenas, positivas, logros que has conseguido. Felicítate y date apoyo. Tú eres tu mejor aliado.

Por Psic. Cl. María José Barredo S.
Master en Cuidados Paliativos y Psicoterapia
mjosebarredo@gmail.com

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