Compartir:

En la actualidad la tasa de divorcios va en aumento y cada vez estos ocurren más temprano en los matrimonios.

Entre 2006 y 2016, la cantidad de divorcios crecieron en un 83,45%, pasando de 13.981 a 25.468; mientras que los matrimonios cayeron en un 22,01% al registrarse 74.036 nupcias en el 2006 frente a 57.738 del 2016. Según los últimos estudios publicados por el INEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), las principales causas del divorcio en el 2016 fueron por: mutuo acuerdo (15.995 casos), abandono voluntario e injustificado (8.157 casos) e injurias graves o actitud hostil (895 casos). La misma pesquisa señala que, de los matrimonios que se separan, el año pasado su promedio de duración fue de 13 años. donde la edad promedio del varón es 42 años, y de la mujer 39 años al momento de divorciarse.

La respuesta detrás de alarmantes cifras

La pregunta natural es ¿qué está sucediendo?, ¿por qué ese drástico crecimiento de divorcios y la caída en picada de la cantidad de nupcias?

1. Falta de compromiso que se vuelve cada vez más difícil de comprender y vivir. ¿Qué significa el compromiso en el matrimonio? Vivir esa unión para el resto de la vida. Si tenemos en cuenta, además, que se mezcla el miedo a una decisión que no permite arrepentimiento hasta la muerte, entonces se hace un poco más comprensible ese incremento sustancial.
2. Independencia económica. Antiguamente, ambos tenían que construir juntos el futuro de la familia, pasando, obviamente, por extremas condiciones de pobreza, dificultad, etc; eso ayudaba mucho a la unión y fortalecimiento de la comunión conyugal. Hoy en día, recién empiezan a pensar en matrimonio después de tener toda la situación económica resuelta. Entonces, a los primeros problemas, como ambos pueden “sacar su vida adelante” sin ayuda o dependencia del otro conyugue, se hace “más fácil” la separación.
3. Falta de comprensión de lo que implica una relación comprometida. Cuántas frases como estas escuchamos: “pensé que el matrimonio era otra cosa”, “no se comunica conmigo”, “no me muestra cariño como antes”, “sólo se preocupa por el trabajo”, “llegó un día, y me dijo que ya no aguantaba vivir conmigo”. “Me llevo mis hijos y busco otro hombre”. Estas, señalan ignorancia acerca de lo que se conoce como matrimonio. Mucha gente se casa sin saber qué significa vivir “unidos para el resto de sus vidas”. Además, la manera cada vez más pobre de comprender qué es el amor lo reducen al placer sexual, un sentimiento o pasión. Lo cual, obviamente, cambia después de los primeros años. Surgen más dificultades y problemas, en vez de alegría y felicidad… hasta que uno de los dos dice: “se terminó el amor”.

Todo lo antes dicho, denota una inmadurez preocupante con las nuevas y futuras generaciones. Esa falta de compromiso es consecuencia directa de una vida poco responsable, en la que la persona no sólo no sabe, sino que es incapaz de ser consecuente con una decisión voluntariamente elegida para siempre. Otro tema, para entender lo que pasa hoy en día, es la manera como la libertad es denigrada a algo sin importancia. Ya que, no interesa si la opción que uno hace es buena o mala, sino que las personas se rigen por sus gustos o disgustos, que por un uso responsable y maduro de su libertad.

Por Pablo Augusto Perazzo
Máster en Educación.

Compartir: