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¿Te has preguntado cuál es la mejor manera de proteger a tus hijos del sol?

La regla básica es aplicar el sentido común y poner en práctica los consejos y recomendaciones que hemos oído y leído mil veces pero el secreto es aplicar medidas de protección de manera rutinaria.

Con la llegada del buen tiempo y el calor, los niños pasan más tiempo en la calle expuestos a la radiación solar. En la calle, en la piscina, la playa o en el parque, la protección solar en los pequeños es fundamental para evitar quemaduras y futuros problemas en la piel.

Como padres queremos lo mejor para nuestros hijos y evitarles problemas en el futuro. Los efectos nocivos del sol sabemos que son muy perjudiciales para la piel y si empezamos pronto a mantener el sol a raya, nuestros pequeños aprenderán a protegerse de una manera natural. 

Los especialistas aconsejan que los niños deben estar protegidos del sol siempre y en general se desaconseja exponerlos durante su primer año de vida. Sin embargo, hay que aprovechar sus beneficios ya que estimula la síntesis de la vitamina D, favorece la circulación sanguínea y ayuda a paliar algunos problemas de la piel.

Por ello, la recomendación para los bebés, de acuerdo con un eminente catedrático de Pediatría, el Dr. Manuel Cruz, es “a la hora del paseo diario es saludable unos rayos de sol en las piernecitas, eso sí, con protección solar y durante las primeras horas de la mañana”. 

Si los niños ven con nuestro ejemplo que nos protegemos del sol, con el uso de gafas, gorras, buscando la sombra y utilizando foto protectores será mucho más fácil que nos imiten y consigamos que ellos también interioricen esta conducta.

Con los más pequeños se puede convertir en una experiencia para pasar un momento de juego. Así es como aprenden a vestirse, lavarse, peinarse. La idea fundamental es conseguir que la aplicación de una crema protectora se convierta en un hábito para prevenirles de  quemaduras y asegurarnos de que están protegidos durante todo el año.

Recomendaciones:

• Limita el tiempo de exposición de los más pequeños.
• Aplica  la protección no sólo cuando vayas a la playa o la piscina, sino también cuando los niños vayan a estar en la calle expuestos a los rayos solares.
• Evita que estén bajo el sol en las horas de mayor radiación (de 12 a 17 horas).
• Pon la crema protectora al menos unos 30 minutos antes de salir de casa.
• Si vas a la piscina o a la playa, usa un protector resistente al agua para garantizar la protección en todo momento.
• No esperes a que se quemen para aplicar crema “after sun”. Házlo  al finalizar la exposición solar para refrescar la piel y favorecer la recuperación de la misma.              •Protegelos siempre con gafas de sol, gorras y sombreritos.

Y además ten en cuenta las siguientes cuestiones: 

¿Utilizas la cantidad adecuada para cubrir eficazmente la totalidad de la superficie expuesta al sol? 

Para una correcta aplicación se recomienda aplicar el foto protector 30 minutos antes de la exposición solar siguiendo  este orden:

  1. Comienza por la cara recordando que el mismo protector del rostro debe usarse en cuello y orejas. Los labios también deben protegerse con barra labial. 
  2. Continúa con los brazos, primero por delante y luego por detrás, sin olvidar el dorso de las manos.
  3. Sigue por el tronco, cubriendo escote, abdomen, hombros y espalda y zona lumbar.
  4. Termina con las piernas, aplicado tanto por delante como por detrás, sin olvidar el dorso de los pies y los dedos.

¿Con qué frecuencia se vuelve a aplicar la crema protectora? 

Reaplica cada 40 minutos o como se indique en la etiqueta.

Para garantizar el cuidado de la piel de los más pequeños existen además gamas de productos especialmente indicadas para pieles atópicas que no incluyen conservantes, colorantes, perfumes, ni emulsionantes PEG y además ofrecen una alta resistencia al agua, para que puedan jugar y divertirse sin perder protección.

Elige la que se adapte mejor a tu caso. Es preferible aplicar el foto protector antes de salir de casa y evitar la reutilización de los productos de años anteriores porque  habrán perdido parte de su efecto protector después de 12 meses de apertura. 

Para proteger a los niños del sol edúcalos a que sean conscientes de los riesgos de una exposición irresponsable. 

Vía Ateleia

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