El amor en el matrimonio, en la unión conyugal se manifiesta tanto en la intimidad emocional y en la intimidad matrimonial que es la relación sexual entre los esposos.
El ser humano ha nacido para amar y ser amado. A través de la intimidad emocional y de su máxima expresión de entrega mutua que es la relación sexual, es como el matrimonio subsiste y se alimenta. Ya que ambos aspectos nutren el matrimonio y une a los cónyuges.
Después de la boda nace el matrimonio, el cual va creciendo y hay que cuidar que no se “enferme” (por así decirlo), cuidando la intimidad emocional y matrimonial en la pareja ya que son aspectos imprescindibles en la relación, debido a que son considerados como componentes del amor total.
Conocer al otro
El amor y conocimiento son dos formas de trascendencia que van interrelacionados entre sí. Sólo conociendo al otro verdaderamente es como logramos amarlo. Para esto es necesario superar nuestras propias barreras para que de esta manera nos podamos autorrevelar y darnos a conocer al otro y así lograr la unión más fuerte. “No se puede amar lo que no se conoce”. A medida que uno se adentra en el interior de la otra persona y lo vamos descubriendo, es como se produce una mayor atracción y el amor crece y se torna más real.
El amor entre dos personas por lo regular surge de la atracción física y es así como del plano físico vamos transitando al psicológico y de éste al espiritual. En esta travesía es como vamos descubriendo un poco más la espiritualidad del otro. La intimidad matrimonial es el escenario de la máxima demostración de amor y entrega entre los esposos y de ejercicio de la intimidad emocional, es por esta razón, que es un aspecto sumamente importante para la estabilidad matrimonial y un alimento que nutre y dinamiza al matrimonio.
La intimidad emocional es un proceso
Alcanzar la intimidad emocional es una tarea, un reto de la vida de una persona en pareja. Es un proceso de tiempo que se logra por medio de la auto revelación, la entrega, la confianza, y que la pareja luche juntos para lograrlo. En este proceso, es común e incluso necesario, que se den ciertos ajustes los cuales algunas veces se manifiestan como crisis, para después lograr la estabilidad e ir alcanzando el amor maduro, el cual está asociado con el logro de la intimidad emocional.
La pareja que no supera la lucha del poder y los conflictos de los primeros años de vida en común, puede atrasarse en el proceso de obtención de la intimidad emocional e incluso nunca llegar a ella. Son parejas que se vuelven disfuncionales: comparten un espacio, un proyecto de vida, pero no se sienten tan cercanos el uno al otro, compenetrados, comprendidos, aceptados, como para decir que viven en esa intimidad emocional.
Los esposos en intimidad emocional sienten deseos y necesidad de demostrar su máximo amor y entrega mutua y es así como llegan a las relaciones sexuales. En este sentido, la Intimidad Emocional de la pareja implica no sólo el tiempo que los esposos están solos, sino en un estado afectivo y psicológico.
Finalmente, la intimidad emocional es importante ya que nutre, mantiene y perfecciona el matrimonio mientras que la intimidad matrimonial es vivir la máxima entrega psíquica y física.
Vía LaFamilia