Mi amigo canadiense no se podía contener: “Estos estudios recientes fuera de la India desnudan completamente a los que niegan el vínculo aborto – cáncer de mama”, me decía con satisfacción Brent Rooney. “¡Simplemente los dejan desnudos y sin argumentos!”.
Analizando los datos que Brent me había enviado desde su oficina en Vancouver, Columbia Británica, pude ver por qué estaba tan emocionado. Tenía en sus manos doce estudios recientes en la literatura médica, todos realizados en el subcontinente de la India, investigando si existía un vínculo entre abortos previos y el cáncer de mama. Y los doce estudios encontraron que las mujeres que habían tenido abortos anteriores estaban en mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Esta es la evidencia estadística que Brent me envió:
Autor |
Año |
Tasa de Probabilidad (95% IC) |
Valor de p |
2008 |
2.21 |
p <0,05 |
|
2011 |
2.79 |
p <0,001 |
|
2011 |
1.91 |
p = 0,214 (no significativo) |
|
2012 |
1.22 |
no significativo |
|
2013 |
2.08 |
1,15-3,75 |
|
2013 |
6.26 |
4,16-9,41 |
|
2013 |
5.75 |
1,27-25,99 |
|
2014 |
10.66 |
p <0,0001 |
|
2014 |
2.8 |
1,82-5,12 |
|
De Silva (Sri Lanka) |
2010 |
3.42 |
1,75-6,66 |
Raza (Pakistán) |
2011 |
6.80 |
p <0,05 |
Jabeen (Bangladesh) |
2013 |
20.62 |
datos no mostrados |
Para entender la magnitud del descubrimiento de Brent, hay que fijarse en la tercera columna: la tasa de probabilidad. Este es el indicador clave porque muestra las probabilidades de que una mujer desarrolle cáncer de mama si ha tenido un aborto previo (en comparación con las probabilidades de desarrollar cáncer de mama si no ha tenido un aborto). Tenga en cuenta que los doce estudios tienen una tasa de probabilidad mayor a 1.0, pues a partir de 1.0 significa que ya se incrementó el riesgo.
Pero aún más: la tasa de probabilidad promedio para estos doce estudios es 5,54. Eso significa que el riesgo de cáncer de mama para las mujeres indias que han tenido abortos anteriores es cinco veces y media que el de las mujeres que no han tenido abortos. En otras palabras, las mujeres que han tenido un aborto inducido tienen 554% mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama que las que no han tenido un aborto inducido previo. Bastante aterrador, ¿no?
Para los promotores del aborto, que argumentan que el aborto no tiene riesgos para la salud duradera, será muy difícil librarse de la contundencia de esta evidencia estadística. No es sorprendente que en los últimos años, cuando surge el tema del vínculo entre Aborto y Cáncer de Mama (o vínculo ABC por las siglas en inglés de Abortion- Breast Cancer), muchos ofrecen alguna negativa superficial y luego cambian rápidamente de tema.
Otra razón por la que son tan importantes estos resultados es que las mujeres de la India y sus países vecinos son simplemente ideales para estudios del vínculo ABC. Se casan pronto, no usan píldoras anticonceptivas, tienen múltiples embarazos y amamantan a sus bebés. En otras palabras, todos los otros factores de riesgo principales para el cáncer de mama… están ausentes.
Muchas mujeres en países como Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña, por el contrario, adoptan conductas que pueden causar cáncer de mama, incluido el aborto. Se casan tarde o no se casan nunca, usan anticonceptivos orales cuando son jóvenes, terapia de reemplazo hormonal cuando son mayores, tienen solo un hijo o ningún embarazo a término, y no amamantan a sus hijos.
Este estudio también demostró un riesgo estadísticamente significativo del cáncer de mama tras un aborto.
Cuando estos «factores de confusión» están presentes, es difícil establecer cuánto aumenta el riesgo de cáncer de mama debido a un aborto inducido. Pero cuando están ausentes como es el caso de las mujeres de la India, el vínculo ABC se muestra de manera inequívoca.
De hecho, el vínculo ABC que estos estudios indios han confirmado es más fuerte que otros factores de riesgo para el cáncer de mama, tales como la edad avanzada, tener antecedentes familiares de cáncer de mama, o hijos.
Estos nuevos estudios en India han salido a la luz poco después de la publicación de un metanálisis enorme de 36 estudios realizados en China continental. Este estudio también demostró un riesgo estadísticamente significativo del cáncer de mama tras un aborto. Para las mujeres chinas que han tenido uno o más abortos inducidos el mayor riesgo fue 44% (Tasa de probabilidad 1,44). El riesgo saltó a 76% para las mujeres que habían tenido dos o más abortos anteriores.
Como señala el Dr. Joel Brind, tal vez la principal autoridad en el vínculo aborto – cáncer de mama, «el estudio [de China] confirmó los resultados que encontré en 1996 junto a otros coautores de Penn State Medical College y que reportamos en la revista de la Asociación Médica Británica de Epidemiología». El estudio de Brind mostró un aumento del riesgo del 30% (Tasa de probabilidad 1.3).
Hay de datos fiables. Literalmente hay docenas de estudios que muestran que las mujeres que se someten a un aborto inducido aborto tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer de mama en algún momento de su vida.
Y sin embargo, grupos pro aborto continúan ignorando que los cementerios se siguen poblando con mujeres que han muerto de cáncer de mama debido a un aborto. Siguen en el intento de desacreditar la creciente evidencia diciendo que sólo existen «asociaciones débiles que aparecen de manera fortuita y son por lo tanto al azar y sin sentido».
Las distintas sociedades médicas han revelado través de los estudios de India y China que su evidencia no es débil bajo ningún punto de vista, sino por el contrario es muy sólida en sus hallazgos. Y las mujeres tienen derecho a saber que están en un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer de mama si se someten a un aborto inducido.
¿Por qué el movimiento abortista que se jacta de llevar los intereses de las mujeres en el corazón no les advierten sobre este riesgo? ¿Por qué siguen inventando argumentos viciados y publicando estudios defectuosos, en un intento de desacreditar a un vínculo de ABC que ahora se ha demostrado claramente?
Es bastante obvio para cualquiera que están más preocupados por promover sus propias creencias dogmáticas que tratando de salvar las vidas de las mujeres. Las feministas radicales creen que las mujeres necesitan ser liberadas de la maternidad. El movimiento radical pro aborto cree que Planned Parenthood necesita ganar dinero. Y los ecologistas radicales creen que el planeta necesita ser aliviado de su carga de humanidad.
Desarrollan irresponsablemente sus mortales agendas particulares a expensas de la ciencia y la vida de las mujeres. Y me pregunto ¿qué tiene eso de científico o liberador?
Por: Steven W. Mosher
Presidente del Population Research Institute y autor de Population Control: Real Costs, Illusory Benefits.