Conoce más sobre los probióticos y prebióticos: ¿En qué manera se diferencian? y ¿cuál es su aporte para nuestra salud?
la coyuntura actual, mantener el sistema inmune activo y protegido es de gran importancia para toda la comunidad. Muchos han encontrado en los prebióticos y/o probióticos un aliado para potenciar esta inmunidad. Sin embargo, una de las dudas o confusiones más comunes son las diferencias que existen entre estos dos alimentos funcionales.
El Dr. Gregory Celis, Director Médico de Laboratorios Bagó, explica que “Los probióticos o microbiota son bacterias que están en nuestro organismo, las funciones que cumplen dentro del mismo, nos ayudan a mejorar nuestra inmunidad y digestión; por otro lado, los prebióticos son azúcares que se ingieren, necesarias para que los probióticos puedan cumplir sus funciones”, y detalla a continuación, algunas de sus principales diferencias, así como sus beneficios para la salud.
Probióticos
También conocidos como microbiota, son microorganismos vivos que ayudan a nuestro organismo, una de sus funciones principales es reforzar el sistema inmunológico de forma directa. Pueden ingerirse a través de algunos alimentos o mediante suplementos como BagoVital Inmune y BagoVital Digest que restablecen la flora intestinal en calidad y cantidad exactas, estimulando al sistema inmune su capacidad de defensa necesaria ante amenazas de virus o bacterias dañinas.
Prebióticos
Son azúcares que sirven como alimento para los probióticos. Según la Organización Mundial de la Salud son ingredientes no digeribles por el ser humano que favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas para el organismo.
Beneficios para el organismo
Entre los principales beneficios destacan:
Favorecen la salud del sistema digestivo
El 60% de las defensas del cuerpo se encuentran en las paredes del tracto digestivo, cuya función, además de digerir los alimentos, se centra en la defensa inmunitaria.
Constantemente estamos expuestos a microbios que atacan nuestro cuerpo y es en el aparato digestivo donde empezamos a combatir esta agresión, gracias a la flora intestinal.
Los probióticos favorecen las funciones intestinales, ayudan a digerir nutrientes específicos como la lactosa o el almidón; mientras que, los prebióticos, previenen el estreñimiento y las flatulencias. Los dos sirven como protectores de infecciones y desórdenes intestinales.
Fortalecen el sistema inmunológico
Según el Dr. Gregory Celis, Director Médico de Laboratorios Bagó, los probióticos crean un mecanismo de comunicación con el sistema de defensa, alertándolo y estimulando su pronta respuesta ante agentes patógenos como virus o bacterias que puedan generar enfermedades.
Protegen el sistema respiratorio
Los probióticos generan reacciones en los glóbulos blancos, los hacen hiperactivos y se vuelven más fuertes para defender al cuerpo en caso de que agentes patógenos lleguen a las vías respiratorias.
Previenen la diabetes
Está demostrado que un correcto equilibrio de la microbiota (probióticos) a nivel intestinal, se relaciona directamente con un buen estado de salud; cuando ese equilibrio se pierde pueden presentarse enfermedades como la diabetes. Es importante recordar que la diabetes es una alteración del metabolismo, proceso en el que los alimentos se convierten en energía y mediante el consumo de probióticos se puede prevenir este desorden.
Previenen alergias
Cuando las defensas se encuentran bajas y el cuerpo se expone a algún alimento o bacteria patógena, sin protección, se pueden generar inflamaciones dando origen a las alergias como una reacción de defensa del cuerpo.
Los probióticos cumplen funciones de estabilización en la mucosa intestinal, su capacidad protectora permite el correcto funcionamiento del sistema inmunitario previniendo de forma directa estas reacciones alérgicas e incluso mediante el envío de señales químicas se puede llegar a prevenir la dermatitis.
Consumo adecuado
Hay que tener en cuenta:
Es recomendable ingerir prebióticos y probióticos diariamente, se pueden usar como estimuladores de la inmunidad o como tratamientos directos de ciertas molestias específicas como por ejemplo, la diarrea.
Su consumo también es adecuado para los niños; incluso, es la población etaria que más utiliza probióticos para prevenir y/o tratar diarreas virales, bacterianas o por uso de antibióticos. Los pediatras suelen recomendar su uso como factor de restablecimiento de la flora intestinal pérdida, especialmente durante diarreas o vómitos.
Si bien se pueden obtener a través de algunos alimentos, su ingesta como suplemento es muy recomendable ya que permite al médico y al paciente conocer realmente la calidad, cantidad y tipo de probiótico o prebiótico que se está administrando.
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