Tal vez lo conozcas o no pero en muchas ocasiones el adulto le transmite sus miedos a los niños… es por eso que crecen hijos llenos de traumas o fobias.
En la situación actual que vivimos, es posible que las personas experimenten miedo ante la posibilidad de contraer el coronavirus. Siempre y cuando este temor no sea paralizante, es una emoción importante porque mantiene a salvo a las personas, ya que lleva a que los individuos procuren medidas de protección, las cuales son claves en el actual contexto, afirma Juan Camilo Restrepo, psicólogo clínico y profesor de la Facultad de Psicología Universidad de La Sabana.
Imagina que tú llevas a tu hijo de la mano, van caminado por la calle, encuentran a un animal que percibes como peligroso (por ejemplo un perro) y empiezas a gritar. Ante esta situación, tu hijo puede asociar el malestar de la experiencia con la presencia del animal; por lo cual, el niño puede aprender que los perros son peligrosos. Así, por ejemplo, es normal si la posibilidad de contagiarte te genera miedo y ansiedad al salir a la calle.
Manejar los miedos frente a los niños
De acuerdo con el psicólogo Restrepo, las siguientes recomendaciones permiten manejar la situación frente a los niños:
Trabaja en ti mismo y ten presente qué es razonable y qué es desproporcionado. Entonces, ocúpate de las tareas que debes atender. Si te preocupas por lavarte las manos y debes ir al banco, entonces ve con el tapabocas y mantén la distancia con las personas; esos son riesgos, pero son riegos controlados. Así, es necesario el miedo, pero que no sea un miedo paralizante. Si hay un miedo muy elevado, las personas simplemente no pueden funcionar.
Enséñales a tus hijos que hay un peligro, pero que la clave para estar a salvo es proceder de manera adecuada. De esta forma, unos y otros estarán tranquilos. Por el contrario, si tu comportamiento refleja un miedo desproporcionado, seguramente el niño aprenderá de esta experiencia (por ejemplo, a partir de las expresiones faciales o de los comentarios) y ninguno de los dos podrá actuar frente a situaciones de riesgo.
Escúchalo, conoce cuáles son sus preguntas y evalúa cómo se siente frente a este momento. Recuerda que la primera línea de defensa de un niño es él mismo. Si él ya sabe cómo cuidarse, cómo proceder y qué debe evitar, tenderá a experimentar un nivel de miedo controlado, que le permita funcionar.
En la psicología, es clave entender que no todos podemos identificarnos bajo las mismas categorías y que cada caso puede ser particular. Por eso, es posible que experimentes miedo y ansiedad como una respuesta común ante la situación que enfrenta el mundo.
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