¿Existe la felicidad total? ¿Dónde está esta ansiada felicidad? Conoce cómo educar a tus hijos para la verdadera felicidad.
La felicidad verdadera tiene que ver con descubrir el sentir, con estar contento con nuestra capacidad vivencial, sin cambiarla a cada rato y debemos aprender a generar expectativas que sean adecuadas.
Hemos pasado de buscar la felicidad verdadera y entrar en un ambiente en el que la felicidad viene de la mano de la sonrisa. Un ejemplo de esto es que los padres en muchas ocasiones asocian que tener a sus hijos permanente contentos es un sinónimo de estar feliz, acompañado del NO sufrimiento… pero esto es un grave error.
La felicidad se construye y de alguna manera se puede educar a los hijos para que puedan alcanzarla. La verdadera felicidad se basa también en mostrarles a nuestros hijos que es relevante y que no.
En la realidad nuestro verdadero desafío como padres es darles herramientas, para que en algún momento que tengan un sufrimiento lo puedan resolver. Además, la prueba para ser verdaderamente felices, es ayudarles a conocer que su vida tiene un sentido para su vida.
Adolescentes y la verdadera felicidad
Los adolescentes necesitan tres momentos para alcanzar la verdadera felicidad:
- Tiempo.
- Atención amorosa.
- Aceptarlos tal como son.
A lo indicado hay que sumarle que el reforzamiento entre más específico en adolescentes, les ayudará a reafirmar el aprendizaje y la confianza. «Padres no exagerar los logros y tampoco incentivar talentos que no existen».
Necesidades emocionales
Para educar a nuestros hijos con la fiel convicción de que puedan encontrar su felicidad, hay que conocer cuáles son las necesidades emocionales básicas que ellos deberán vivir:
- Apego seguro (seguridad, aceptación, estabilidad y amor).
- Autonomía.
- Limites realistas y autocontrol.
- Espontaneidad y juego.
- Libertad para expresar emociones y sentimientos.
Estos cincos puntos deben de ser el pilar básico para la formación y educación de nuestros hijos.
Errores de los hijos
No es positivo buscar solucionar de cualquier manera errores de los hijos. Los niños que aprenden a resolver problemas están en ventaja, suelen enfrentarse al estrés y a la frustración con mayor eficacia y además tienen impacto positivo en el rendimiento académico.
Los niños deben de ir comprendiendo que las cosas que hacen, les pertenecen, deben hacerse cargo de sus acciones, sentir que las cosas que hacen son propias de sus decisiones y hábitos.
Un niño que obra mal, si no se le corrige, se le refuerza su mala conducta… por eso hay que trabajar el tema de los límites, porque tiene que ver con identificar la realidad.
La importancia de los padres y la empatía
Los niños necesitan padres que jueguen, que disfruten la empatía y que vuelvan a lo simple, para poder cubrir las verdaderas necesidades emocionales.
Los estudios remarcan como las familias que pasan tiempo al aire libre son más felices, saludables y más unidas, los niños que juegan afuera con sus padres y otros amigos ganan habilidades de empatía.
La empatía no solo nos ayuda a ser mejores personas, sino también nos hace felices, más creativos y genera un sentimiento de unidad en las familias.
Como padres tenemos que animar y motivar a los chicos, que puedan sortear dificultades, basado en la seguridad de nuestro respaldo.
Fuente: Marianella Ciompi de la Morte, expositor del V Congreso Inspirando Familias y redactado por Melissa Ulloa Freire.
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