El cuerpo demanda más calorías durante los primeros años de la adolescencia que en cualquier otra etapa de la vida.
La adolescencia es una etapa importante en la cual suceden muchos cambios psicoafectivos, sociales y físicos, por lo tanto, es necesario mantener una alimentación saludable que proporcione los nutrientes adecuados según las necesidades de cada persona para evitar complicaciones en el desarrollo.
En la parte fisiológica ocurren cambios en el crecimiento de la estatura, se produce la maduración de caracteres sexuales secundarios por el estímulo de hormonas sexuales, hay cambios en la tonalidad de la voz, maduración ósea y distribución de la grasa corporal. La alimentación juega un rol significativo para que cada uno de ellos pueda ocurrir normalmente.
Hábitos saludables
La familia y el entorno influye desde la infancia de manera positiva o negativa en la formación de hábitos saludables, por lo que, en la pubertad algunos hábitos ya han sido adquiridos y marcados según el aprendizaje previo.
Algunas características de la conducta alimentaria durante esta etapa es comer más en la calle y menos en familia, omitir algunas comidas, beber alcohol, escoger alimentos procesados altos en azúcar y grasas hidrogenadas, seguir dietas sin la asesoría adecuada de un profesional, pasar más tiempo sedentarios en la televisión, el celular y los videojuegos, trayendo como consecuencia la aparición temprana de trastornos de la conducta alimentaria y enfermedades como diabetes mellitus tipo II, hipertensión arterial, obesidad y dislipidemia.
Por ello los padres deben ser conscientes en priorizar la educación nutricional como parte de la formación de los adolescentes para que no caigan en hábitos poco saludables, también es adecuado en esta etapa inculcar el hábito del ejercicio frecuente como parte de un estilo de vida saludable y no como una obligación.
Nutrientes necesarios
El aporte calórico en la distribución de macronutrientes es importante hacerlo en las comidas a través de alimentos que aporten calidad nutricional, ya que esta etapa demanda un aumento del gasto energético debido a la gran cantidad de reacciones anabólicas durante el crecimiento.
Los carbohidratos, proteínas y grasas deben estar balanceados y proporcionados de forma individualizada, teniendo en cuenta que los objetivos de la alimentación en la adolescencia son aportar calidad nutricional con los alimentos que se consumen diariamente, prevenir enfermedades a temprana edad y a futuro a través del aprendizaje o cambio de hábitos, tener un adecuado crecimiento y balance hormonal.
Hay que enseñar desde la infancia el consumo de alimentos variados como vegetales, frutas, granos, tubérculos, proteína animal y grasas buenas que aporten vitaminas y minerales indispensables para lograr mantener una buena salud. Algunos de ellos son la vitamina A, vitaminas del complejo B, ácido fólico, vitamina C, Vitamina D y minerales como calcio, magnesio, hierro, zinc.
La importancia del ejemplo
No podemos pensar que un adolescente solo tiene que hacer caso si no formamos con el ejemplo cualquier buen hábito que queramos crear en ellos. Es una etapa de la vida en la que los padres deben saber escuchar, aconsejar y guiar porque están vulnerables a muchos cambios y es preciso estar presente en cada uno de ellos. Una de las mejores cosas que un padre y madre le puede dar a su hijo (a) es una buena herencia en salud.
Escrito por: Melissa Coto, Nutricionista.
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