Descubrir que su mamá tenía Alzheimer inspiró a Andrea Lapentti Menéndez para crear un centro que ofrecerá atención diurna y personalizada para personas con esta enfermedad.
“¡Pongamos un centro para personas que sufran Alzheimer!”, pensó Andrea Lapentti Menéndez, luego de que diagnosticaran a su mamá con pre Alzheimer, a los 65 años. Freddy, su padre, fue quien se percató, hace cinco años, de la pérdida de memoria y los cambios de comportamiento de Helen, su esposa.
“Usualmente no reconocemos rápido la enfermedad debido a que creemos que es normal, por la edad, olvidar ciertas cosas. Si a nosotros nos pasa ¿por qué no a los de tercera edad?”, asegura Andrea, quien dejó su trabajo para dedicarse a tiempo completo al cuidado de su madre e hijos.
Tras varias semanas de investigación sobre el tema, Andrea se puso en contacto con la fundación TASE (Trascender con amor servicio y excelencia) y desde entonces no han perdido el vínculo. “Conocimos a la fundación TASE, en Quito. Es un centro diurno, que brinda un cuidado para pacientes con Alzheimer”, dice.
Guayaquil cuenta con varios hospicios y casas para personas de la tercera edad, pero ninguno se especializa en pacientes que sufren esta enfermedad. Andrea sostiene que “es muy común que la confundan con demencia senil o vascular, pero no es lo mismo. Las personas con Alzheimer necesitan cuidados diferentes y mucho más específicos”.
La epidemia del siglo XXI
Tras varias capacitaciones, la necesidad de servir a personas que pasaban por su misma situación seguía latente en el corazón de Andrea. Por eso, desde hace cerca de un año, brinda charlas para familiares, enfermeras y cuidadores en donde explica qué caminos seguir ante un nuevo paciente. Hoy es líder de las voluntarias de círculos de encuentro con familiares de enfermos de Alzheimer en Guayaquil.
“No capacitamos, damos clases, ni mucho menos juzgamos. Damos apoyo a los familiares. Un enfermo de Alzheimer tiene de cinco a siete personas vinculadas a su enfermedad que, si no saben cómo actuar, tienen grandes probabilidades de enfermar de ansiedad, psicosis, depresión, entre otras. Es por eso que muchos la conocemos como la epidemia del siglo XXI”, afirma Andrea.
Las charlas, que son impartidas por cuatro voluntarias, son gratuitas y se dan, los sábados, cada quince días en el Yatch Club Naval de Guayaquil (9 de octubre y Boyacá), de 11:00 a 12:30.
Además de las charlas quincenales,la fundación TASE brinda, dos veces al año, capacitaciones con médicos, neurólogos, gerontólogos y psiquiatras para ayudar a conocer mejor la enfermedad.
Un proyecto en marcha
Con 47 años de matrimonio, Freddy Lapentti apoyó a su hija en la tarea de dar la mejor calidad de vida a su esposa y por el mayor tiempo posible. Es aquí donde nace la idea de crear un centro de atención especial.
“El proyecto está en marcha. Ya tenemos un terreno que nos puede ser donado y estamos ultimando detalles para que sea un lugar completo”, comenta Andrea, quien está comprometida al 100% con la causa.
Inicialmente, prevén atender solo durante el día, en dos horarios (9:00 – 13:00 y de 14:00 a 18:00); de lunes a viernes. Una de las metas es convertirse en un sitio en donde los enfermos se puedan quedar durante la semana y los fines de semana compartirlos con su familia. “Es muy importante que los pacientes estén con su familia, porque ellos son quienes deben dar el amor primordial”, asegura Andrea.
Además del centro principal, Andrea y su padre buscan generar más impacto a través de las municipalidades y/o consejos cantonales. “Creemos que es posible que nos aliemos con los centros de tercera edad que ya existen para poder tener un consultorio especializado en Alzheimer para aquellos que no puedan acceder al centro, que debe ser autosustentable”, comenta Andrea ilusionada. Este último paso se dividirá en tres etapas: Diagnóstico, capacitación y tratamiento.
Cuidados y recomendaciones
Está comprobado que, en la mayoría de las ocasiones, el cuidador sufre más daños que la persona con Alzheimer y puede incluso morir antes. Por eso, es necesario que acudan a grupos de apoyo y tengan una vida social activa.
Los pacientes con Alzheimer tienen un ánimo cambiante y todos reaccionan de una manera distinta ante estímulos externos. Sin embargo, Andrea nos recomienda “tratarlos con mucho amor y paciencia. El enfermo no solo debe ser medicado. Debe hacer actividad física, caminar, jugar naipes, pintar, etc.”.
El Alzheimer la demencia más común
Fuente: OMS |
Por Juan Felipe Torres
Editor
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