Si tienes poca tolerancia a los sonidos, puede que padezcas de hipersensibilidad auditiva. Conoce más sobre esta molestia y cómo tratarla.
La hipersensibilidad auditiva, también conocida como hiperacusia, es la incomodidad o intolerancia a la mayoría de sonidos. Desde sonidos del entorno, las voces de las personas, hasta el roce de la ropa, pueden convertirse en un problema para quienes padecen de esta condición de salud.
Cada individuo experimenta la hiperacusia de manera diferente, en algunos casos se puede presentar mayor sensibilidad o irritación a los sonidos muy suaves y cotidianos. Puede también presentarse en compañía de Tinnitus (percepción de un ruido o zumbido en los oídos).
En el contexto del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, que se celebra cada 28 de abril, compartimos detalles acerca de la hipersensibilidad auditiva, sus efectos, causas y qué tratamientos son los más adecuados para mejorar la calidad de vida de las personas con esta afectación.
Sobre los efectos de la hipersensibilidad auditiva y sus síntomas
Según diversos estudios internacionales, la hipersensibilidad auditiva puede afectar a 1 de cada 50.000 adultos. Sin embargo, algunos expertos sospechan que la cifra real podría ser mucho mayor porque algunas personas no buscan tratamiento.
La hiperacusia puede ocasionar varios efectos negativos en las personas que la padecen, como por ejemplo afectaciones en el sueño y en la capacidad de concentración.
En algunos casos, el problema incomoda a tal punto que la persona prefiere aislarse de su entorno social porque las voces y los sonidos más comunes le causan incomodidad y molestia. Asimismo, esta patología puede causar un importante desgaste emocional y psicológico con episodios de depresión, ansiedad, estrés o ataques de pánico.
La intolerancia a los sonidos, que es el principal síntoma de esta enfermedad, viene acompañada de dolor en los oídos. Las principales señales que indican que el paciente sufre de hipersensibilidad auditiva son los siguientes:
- Ataques de pánico
- Ansiedad
- Estrés
- Mareos y/o vértigos
- Necesidad de taparse los oídos en presencia de sonidos
- Dolor de cabeza
Sobre las causas y factores de riesgo
La hiperacusia puede afectar a cualquier persona sin distinción de género o edad. Explica que los sonidos se vuelven más molestos conforme avanzan los años debido a la fatiga auditiva. Aquello sucede porque la corteza auditiva -que procesa los sonidos en el cerebro- se abruma fácilmente cuando hay exceso de sonido.
Aunque no se ha determinado una causa específica, la hipersensibilidad auditiva puede ser consecuencia de distintos factores, entre estos:
- Exposición a altos niveles de ruido durante un tiempo prolongado.
- También la exposición a detonaciones (disparar un arma de fuego, fuegos artificiales o en la activación del airbag de un vehículo en un accidente de tránsito).
- Contusión cerebral.
- Enfermedad de Lyme.
- Enfermedad de Ménière.
- Acúfenos.
- Lesión por cirugía del oído.
- Trastornos de la articulación temporomandibular.
- Parálisis facial periférica.
- Migrañas.
- Síndrome de Williams.
- Depresión.
De ellos, la exposición a ruidos de alta intensidad durante un tiempo prolongado, los acúfenos (silbido o zumbido en uno o ambos oídos) y trastornos de la articulación temporomandibular, son considerados factores de riesgo. De igual manera, las personas que padecen migraña y depresión tienden a presentar intolerancia a los sonidos.
Sobre el diagnóstico y tratamiento
La hipersensibilidad auditiva consiste en la intolerancia a los sonidos cotidianos y puede variar de un individuo a otro. Por lo tanto, se recomienda asistir al médico especialista al presentar esta condición con el fin de realizar todas las pruebas correspondientes para brindar un diagnóstico adecuado y las indicaciones según el caso.
Para determinar la severidad de la hipersensibilidad auditiva se realiza una evaluación audiológica completa que consiste en una audiometría tonal, prueba de reflejo estapedial y la prueba de disconfort.
Aún no hay un tratamiento específico para esta condición, sin embargo, hay algunas alternativas para lograr reducir la sensibilidad a los sonidos. El tratamiento que ha demostrado ser más efectivo es la Terapia de Sonido y Reeducación Auditiva, cuyo propósito es la desensibilización acústica del paciente.
Este tratamiento, realizado por un audiólogo, consiste en la aplicación de un audífono donde la exposición al ruido es diaria, con una duración de entre 6 y 8 horas, durante un período de 12 a 18 meses, y asesoramiento conductual con el fin de ayudar a los pacientes a manejar la ansiedad y los miedos asociados al trastorno.
El objetivo de la Reeducación Auditiva es entrenar al usuario para que capte sin ningún tipo de molestia o incomodidad en presencia de sonidos. Tras haber realizado un entrenamiento auditivo adecuado, la mayoría de los pacientes logran mejorar su calidad de vida.
Fuente: Lic. Yaicar Mora, fonoaudióloga de la Clínica Andes Visión.
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