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A veces suena a taboo pero es algo que pasa… sin querer o queriendo nos termina gustando el amigo o amiga de nuestra expareja.

Un proceso de ruptura casi siempre resulta doloroso. Cuando te enteras de que tu ex tiene una nueva pareja no suele resultar agradable, pues siempre se albergan sentimientos.

Puedes vivirlo como una tragedia, si ese momento supone que tus esperanzas se han derrumbado y tomas conciencia de que la situación ha cambiado realmente. El golpe emocional es fuerte, pero la mejor manera de afrontarlo es no “lamerte las heridas”, ni tomarlo como un ataque personal. Es cuestión de voluntad, de proponerte el olvido. Para eso hay que evitar adoptar el papel de víctima.

Es normal que tu ex, al igual que tú, acabe rehaciendo su vida, antes o después. Ahora cuesta asumir que otra persona ocupa tu lugar y, aunque casi siempre brotan los celos, hay que aceptar la situación y saber que en otro momento tu propia vida amorosa puede resurgir.

 

 

Cuando te comienza a gustar el ex de un amigo

Entre los amigos —sean varones o mujeres— existe un pacto silencioso en el que un ex es algo que nadie puede “tentar”. Por este motivo, puede considerarse una grave traición salir con la ex-pareja de un amigo. Hay que analizar cada situación, pues las circunstancias generan una casuística muy diferenciada.

Lo prohibido siempre atrae… y es muy frecuente que los ex de tus amigos se crucen en tu camino, ya que pertenecen al círculo en el que te mueves. Realmente, la atracción física es involuntaria, por lo que te puede “gustar” alguien, quieras o no, incluido el ex de un amigo. Es más: incluso te puedes enamorar, pues también es un acto involuntario.

Desde el punto de vista moral, la situación no es condenable, porque ellos no mantienen ya ninguna relación. La libertad individual abre la puerta para que cada uno pueda rehacer su vida. Lo que sí es importante es actuar de forma tal que se haga el menor daño posible a tu amigo —lo cual no resulta fácil—.

A la hora de la decisión

Se te plantea una doble vía: o abandonas, o sigues adelante. Es importante para ello valorar los agravantes y atenuantes de cada situación:

  • El grado de relación entre la nueva pareja y el ex: crea escenarios más o menos tensos. No es lo mismo que se trate de conocidos que de íntimos amigos.
  • La duración de la relación anterior: cuando tu amigo mantuvo una relación de cinco años, no vive igual una relación que si hubiera salido dos meses.
  • El tiempo que hace que la relación finalizó: si la relación terminó hace tres años, por ejemplo, es posible que el tiempo haya cicatrizado mejor las heridas que cuando ha habido sólo dos meses de distancia.
  • Es necesario valorar racionalmente la situación: asegurarse de que no se trate de un amor pasajero.

Como conclusión, podemos reconocer que no se trata de una situación fácil, pero solo debes seguir adelante con la relación en el caso de tener claro que se trata de un amor por el que merece la pena luchar.

 

 

Escrito por: Natalia Barcaiztegui, vía amafuerte.com

 

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