Birders es un hermoso comercial que nos invita a valorar las relaciones entre abuelos y nietos. ¡No olvides leer hasta el final y compartir!
Recuerdos de los abuelos, ¿quién no los tiene? De seguro estás pensando en algún momento especial que compartiste con tus abuelos. O, por qué no, alguna travesura que dio a tu abuela un dolor de cabeza. Yo tengo un poco de ambas cosas.
Definitivamente, la relación entre abuelos y nietos es algo único. Algo que rescatar y atesorar.
Por eso, hoy quiero compartirte un hermoso comercial, el video «Birders», de Axa. Es una emotiva historia entre un abuelo y su nieta, sobre un hobby en común que comparten… y algunas enseñanzas que pueden resonar en nuestras vidas.
Aprender a ver
Aprender a observar, y no me refiero solo a la naturaleza (como en el comercial). Muchas veces los abuelos y las personas mayores pueden quedar como rezagadas, invisibles para la sociedad e incluso para sus seres queridos. Enfócate, ellos no van a durar para siempre.
El paso del tiempo los deja vulnerables, pero es una realidad que no nos llama la atención. ¡Y debería! Solo cuando volvemos a abrir los ojos, volvemos a abrir el corazón. Solo mirando al prójimo, nos reconocemos a nosotros mismos. Y a Dios, que nos espera en el otro.
«La calidad de una sociedad, quisiera decir de una civilización, se juzga también por cómo se trata a los ancianos y por el lugar que se les reserva en la vida en común», lo dijo el papa emérito Benedicto XVI.
Aprender a escuchar
En numerosas ocasiones, el Papa Francisco también ha hablado de los abuelos, así como de la sabiduría que pueden transmitir. En una ocasión, dirigiéndose a ellos, dijo que la memoria «puede ayudar a construir un mundo más humano, más acogedor. Pero sin la memoria no se puede construir; sin cimientos nunca construirás una casa. Nunca. Y los cimientos de la vida son la memoria».
¡Cuántas historias podemos escuchar, si nos sentásemos junto a los mayores! Y estas anécdotas ¡cuánto nos pueden enseñar! ¡Cuánto nos pueden formar!
Acompañar y dejarse acompañar
La niña del comercial fue a la casa de su abuelo para que este la cuidara, pero al final creo que ella también cuidó un poco a su abuelo. Hijos y nietos podemos preguntarnos cuánto estamos acompañando a los abuelos.
En otra oportunidad, el Papa Francisco dijo que «ellos nos han custodiado a lo largo de las etapas de nuestro crecimiento, ahora nos toca a nosotros custodiar su vida, aligerar sus dificultades, estar atentos a sus necesidades, crear las condiciones para que se les faciliten sus tareas diarias y no se sientan solos».
Podemos admitir que la soledad de los abuelos es un problema de la actualidad. Podemos incluso darnos cuenta de la importancia que tienen en la vida familiar y social… pero esto se debe materializar en nuestras vidas. Seamos jóvenes o no tan jóvenes, si tenemos personas mayores cerca, es momento de hacer el propósito de estar más presentes. De acercarnos a ellas.
Una reflexión final
Mientras escribía esto, pensaba en que el mismo Dios tuvo abuelos. San Joaquín y Santa Ana, ¿habrían estado vivos cuando nació Jesús? ¿El pequeño Jesús habría conocido a sus abuelos? Me imagino que, de ser así, los hubiera tratado con el mismo cariño con que trataba a sus padres.
En el caso de que ya no le quedasen abuelos maternos o paternos, pienso que de todas maneras habría escuchado con interés las historias de la infancia de María y la de San José. Ese cariño que le transmitirían en las historias, de seguro él luego lo compartió con otras personas.
Y es que puede ser que ya no tengamos vivos a nuestros abuelos, ni a personas mayores cerca. Aún sin estar físicamente, sus anécdotas continúan educándonos, guiándonos, sacándonos sonrisas. Las historias permanecen, su sabiduría permanece… y así ellos también permanecen de alguna manera presentes.
Escrito por: María Belén Andrada, vía Catholic-Link.
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