En la actualidad el concepto de amistad verdadera se resume a un: «te tengo agregado en WhatsApp, Facebook u otra red social».
«Que bonita foto de perfil», «está grande tu hijo», «¿dónde compraste esos zapatos», «¡que rica se ve esa comida!», «yo también he viajado allá»… son varias de las frases comunes hoy en día entre «amigos», comentarios y preguntas que se dan revisando fotos de perfil, estados de WhatsApp, álbumes de fotos en Facebook, historias en Instagram y así por el estilo… pero queda una interrogante: ¿dónde quedó aquel cómo has estado?
Y, sí, hoy la «amistad» se la define por redes sociales y no por conversaciones cara a cara, de hecho las largas llamadas vía teléfono o por celular para saber cómo está un amigo o amiga están quedando de lado.
Entonces… ¿ya no existe la amistad real?
Te compartiré varios ejemplos, y tú definirás la respuesta a la mencionada interrogante:
Ejemplo 1: seguidores y likes
¿A mayor cantidad de seguidores en mis redes y likes en mis publicaciones… tengo más amigos? La respuesta es no. Y, es no porque puedes tener 100 o 10.000 contactos y un montón de ME GUSTA o ME ENCANTA en tus fotos, videos, reel, etc., pero en su gran mayoría estos son de desconocidos, quienes mas bien están pendientes de lo que haces, usas, frecuentas o tienes para copiarlo, mas no porque realmente les interesa cómo te sientes, si estás bien o mal, etc.
Ejemplo 2: Número de compartidas
¿Quiénes comparten mis publicaciones o me reenvían información son mis amigos? La respuesta es no. Las comparticiones en redes sociales usualmente se dan cuando algo nos gusta o nos parece interesante; mientras que lo que nos reenvían por redes sociales o aplicaciones en una gran cantidad de ocasiones son cadenas o listas de difusión.
Ejemplo 3: Vistas de mis estados
¿Son mis verdaderos amigos todos los que ven mis estados? La respuesta es no. Te comento que tengo 324 contactos en WhatsApp, de los cuales muchos son representantes de empresas, clientes, ex compañeros del colegio o universidad, otros son familiares, etc.
Cuando publico algún estado por esta aplicación, usualmente son entre 36 o menos el número de contactos que han visto la publicación, y no por eso significa que todos sean amigos míos o que por ejemplo conozcan que estoy casado, si trabajo o no o tal vez sepan cuál es el nombre de mi hijos (se llama Santiago).
¿Cómo sé entonces si es verdadera amistad y cómo hago para fomentarla?
El Señor Jesucristo nos dio la definición de un verdadero amigo: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15:13-15).
No digo que un buen amigo debe literalmente dar la vida por otro, sino que es quien está ahí pendiente de ti (quizás no a diario), que se preocupa por tu estado de ánimo, que busca la forma de hablar contigo, de escucharte, de apoyarte en lo que esté a su alcance y mucho más aún, quien ora por ti y por tu familia.
Sin duda fomentar una buena amistad es algo que nace, no es una obligación, sino que deseamos que aquella persona sepa que estamos para él o ella de forma incondicional ante lo que sea.
Un amigo pala
Teniendo en cuenta lo dicho, te comparto el concepto de «amigo pala» de Dante Gebel: «Sabes quién es un verdadero amigo cuando estás realmente metido en un lío de los grandes. Entonces llamas a un amigo al que crees que es un amigo… y le cuentas que le pegaste un tiro a alguien, es ahí cuando te das cuenta que hay dos tipos de amistad: él que te dice: ¿qué hiciste? No me vuelvas a llamar que me comprometes, mejor llama a la policía y, el otro amigo el que aparece a la media hora con una pala… yo soy de los de pala».
No digo que seas el «compinche» de algo malo, sino que prediques con el ejemplo, siendo un amigo incondicional y no uno a «control remoto».
Escrito por: Angel Ayala Arboleda, comunicado social, hijo, esposo, padre y un humilde siervo de Dios.
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