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Podrían ser tomados o considerados como dos conceptos sin relación, pero en realidad la autonomía y valores van de la mano.

Como seres humanos tenemos distintas formas de ver la vida y las situaciones cotidianas. ¿En este punto es muy importante definir cuáles son nuestros valores? ¿Tengo creencias que me limitan? Ten en cuenta que todos podemos hacer uso de la autonomía para poder tomar acción. ¿Y qué significa la autonomía? esta hace referencia a la capacidad que tenemos de poner en práctica nuestros dones, talentos, esfuerzos y toma de decisiones.

En ocasiones esta autonomía puede verse opacada por creencias limitantes que se convierten en un caparazón que no nos permite accionar ya que nos visita el miedo llevándonos a evitar salir de donde estamos.

Al hablar de miedo, no me refiero al que se siente frente a una amenaza real, sino más bien a los límites que existen en la mente, por ejemplo, no hago esto porque no soy bueno liderando, no hago esto porque se van a burlar de mí, etc.

 

 

Metas por cumplir y el valor de tu autonomía

Te invito a que hagas una lista de metas que te has puesto y definas cuáles no has desarrollado, luego pon en frente cual fue ese pensamiento o circunstancia que te limito, probablemente este ejercicio te va a mostrar algunas creencias limitantes que es hora de soltar.

Y, es justo ahí cuando tu determinación activa tu autonomía y podrás empezar paso a paso a hacer aquellas cosas que te ayudarán a evolucionar. Y en este punto también es importante que recuerdes cuáles son tus valores más importantes, por ejemplo, en ocasiones podemos caer en situaciones incomodas que nos llevan a ocultar información o a estar en lugares que no queremos estar, esto significa dos cosas la primera es que estamos dando más valor a lo externo y no expreso a tiempo lo que siento y por otra parte podemos estar yendo en contravía de nuestros valores.

En el ejemplo anterior, si la persona tiene como valor importante la honestidad, estará yendo en contra de su valor, y esto se puede repetir en distintos contextos, trabajo, familia, barrio donde vives convivencia etc.

Con lo anteriormente citado podemos concluir que nuestra conducta puede guiarse por nuestros valores y ser fieles a ellos y también de la autoconfianza al momento de hacer cosas distintas que me ayuden a obtener resultados diferentes, es decir, usar mi autonomía.

 

 

Los valores y la autonomía

Aunque la autonomía se va desarrollando desde que somos muy pequeños, cuando un cuidador le permite al niño intentar pequeñas acciones que lo conecten con lo que quiere alcanzar, por ejemplo, si un niño está intentando tender su cama, amarrarse los cordones de sus zapatos vestirse solo etc., y un adulto le dice ven lo hago yo que tú no sabes, o ese te quedo mal mejor lo hago yo.

Probablemente este pequeño crecerá pensando que sus intentos no son válidos y que siempre necesita la aprobación de otro para dar un paso. Ten claro que nuestros padres hicieron lo que pudieron con una buena intención y basados en la información que en ese momento poseían. Y recuerda que, si ya eres adulto siempre se puede evolucionar, y empezar poco a poco a desarrollar los recursos internos que posees.

El primer paso es identificar, una vez hagas consciente esa información podrás hacer un plan de acción que te lleve al logro. En este camino es importante que te preguntes si lo que haces afecta de alguna manera a los demás, probablemente estas en disonancia con tus valores, así que puedes replanteártelos, lo importante es que te atrevas a hacerlo y en esta medida la confianza en ti será más grande, tu autoconcepto será mejor y es así como las creencias limitantes van quedando atrás. Y es ahí cuando te das cuenta de que puedes hacer muchas cosas y que tus aportes serán valiosos no solo para tu vida sino también para quienes te rodean.

 

 

Escrito por: Psic. Carol Obando, Directora Centro Internacional de PNL, Coaching y Psicología.

 

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