Erradicar la violencia contra la mujer, es una responsabilidad de todos.
La violencia es el acto de atentar o arremeter físicamente o pasivamente (silenciosamente), contra una o más personas, de manera privada o pública y se puede dar en cualquier entorno, en el hogar, en los centros de educación, en los lugares de trabajo, en lo social, entre otros espacios; pudiendo desembocar como consecuencia afección en el bienestar psicoemocional y mental de las personas. La violencia silenciosa es tan dañina como la violencia física y es más difícil de distinguir.
Ningún ser humano, niña o niño, mujer u hombre debe ser violentada/o, denigrada/o, o despreciada/o. Lamentablemente las estadísticas demuestras que las mujeres y niñas son las más violentadas y es una preocupación a nivel mundial.
La violencia física, psicológica y sexual, son diferentes formas de violencia. También la violencia física es el acto de maltratar, agredir o producir daño físico. La violencia psicológica es la acción de atentar contra la salud mental y emocional de las personas, bajo amenazas, manipulación, humillación, hostigamiento, insultos, entre otras acciones. Y la violencia sexual, es el acto de obligar a mantener relaciones sexuales o realizar alguna otra acción sexual sin el consentimiento o para lo que no se puede dar consentimiento (en el caso de niñas y niños).
Estudios
De acuerdo al análisis de los datos de 161 países entre el 2000 y 2018 sobre la problemática de la violencia contra la mujer, realizado en 2018 por la OMS (Organización Mundial de la Salud) en nombre del Grupo de Trabajo interinstitucional de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), permite estimar que una de cada tres mujeres (30%) ha sufrido de violencia física y/o sexual por parte de su pareja, o violencia sexual por un tercero.
En el 2019, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) 65 de cada 100 mujeres en el Ecuador experimentó al menos un hecho de algún tipo de violencia en alguno de los distintos ámbitos a lo largo de su vida. Y 32 de cada 100 mujeres experimentó al menos un hecho de algún tipo de violencia en alguno de los distintos ámbitos en los últimos 12 meses. La estadística sugiere mujeres desde los 15 años en adelante.
En los datos de la Fiscalía General del Estado (Ecuador) se registró en el 2021 un total de 35.429 denuncias de violencia por maltrato físico, sexual y psicológico en contra de la mujer o un miembro de la familia (hijos), y en el 2022 hasta marzo hubo 9.681 denuncias de violencia.
Un ciclo difícil de abandonar
Para la mayoría de las mujeres la violencia que sufren por parte de su pareja es un ciclo difícil de abandonar.
Cuando una mujer sufre de violencia, sucede un ciclo de agresión que se repite una y otra vez, pudiendo intensificarse el grado de violencia, que para muchas mujeres es difícil de abandonar, porque la mujer agredida termina perdonando a su agresor, creyendo que todo va a cambiar y vuelve a caer en el ciclo de violencia.
La mujer debe identificar la violencia en la que vive y romper el ciclo, con ayuda de diversas personas o fuentes, como familiares que la “apoyen” o acudir a organismos (Fundación María Guare, Dirección de la Mujer del Municipio de Guayaquil, etc.) que prestan servicios de ayuda a las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar. Hay que distinguir los problemas o diferencias conyugales que toda pareja suele experimentar, de los problemas de violencia contra la mujer, ya que son dos cosas diferentes.
¿Cuáles son los motivos por lo que una mujer no manifiesta que sufre de violencia por parte de su pareja?
Hay varios factores para que una mujer mantenga el silencio por sufrir de violencia generada por parte de su pareja, por ejemplo: porque tiene vergüenza de lo que le sucede, por temor al agresor, por temor al desamparo de sus hijos, por temor a la soledad y otras mujeres porque no tienen independencia económica o tienen dependencia emocional.
Un factor también importante que no se lo toma en cuenta, es por temor a ser juzgada y criticada por quienes la rodean, especialmente por los familiares o amigos, donde en muchos casos, los familiares hacen comentarios insanos y poco protectores, tales como, “tú lo elegiste”, “yo te decía”, “para qué te metiste y/o casaste”, que, lo único que hacen, es debilitar emocionalmente y psicológicamente a la víctima de violencia, haciendo que la mujer se sienta culpable.
¿Qué debemos hacer para erradicar la violencia contra la mujer?
Hay varias formas de seguir realizando acciones para erradicar la violencia de la mujer, partiendo inicialmente por revisar las políticas públicas y sus acciones para erradicar la violencia contra la mujer y la niña, ya que es “responsabilidad de todos”, y desde” todos los espacios cotidianos, donde se desenvuelven el ser humano”, niñas y niños, mujeres y hombres, es decir, la familia, la educación, la salud pública, las organizaciones laborales y la comunidad en general.
Debe existir como eje transversal en la educación primaria, secundaria y universitaria la formación del control de las emociones, así como, el respeto hacia los seres humanos y hacia la mujer y niña, que en mayor medida son vulneradas desde los distintos rostros de la violencia.
Los organismos gubernamentales en conjunto con los medios de comunicación y centros de asistencia hacia la mujer violentada, deben trabajar conjuntamente, para producir y promover programas en canales de radio, televisión y en redes sociales, que “eduquen” al ser humano (en sus distintas edades), en las relaciones con los demás y otros temas, como la construcción de relaciones de parejas sanas, desde el respeto, la admiración y la valoración del ser humano como tal, vinculados a los programas de atención y reeducación para las mujeres que han sido víctima de violencia, así como, programas de formación de emprendimientos para la mujer.
Hacer visible lo invisible con las 6D-SC y con acompañamiento adecuado
La mujer que sufre de violencia debe visibilizar lo que le está ocurriendo con el enfoque de las 6D, para salir del ciclo de violencia que puede estar viviendo:
- Despertar: es necesario que la mujer se permita dar “cuenta” y “entienda” lo que le está sucediendo. Debe interrumpir la parálisis emocional en la que se encuentra.
- Describir: la persona que está siendo violentada debe ser guiada a representar o detallar lo que le ocurre, debe verbalizarlo y no callar.
- Detener: la mujer debe impedir que siga sucediendo la violencia. Debe buscar ayuda inmediatamente y realizar acciones para salir del entorno del agresor.
- Distinta: la mujer que sufre de violencia debe saber que puede tener una realidad distinta. Que hay otras formas de vivir.
- Digna, la mujer que sufre de violencia de cualquier tipo debe “reaprender” que es merecedora de un trato digno, que debe ser valorada y que existe una vida de mayor trascendencia que la que tiene en medio de la violencia.
- Desarrollo, la mujer violentada debe “reeducarse” para su crecimiento integral y preparase para vivir sin violencia, puesto que la agresión obstaculiza su desenvolvimiento y progreso.
Tanto hombres, como mujeres, deben empezar a “sensibilizar la indiferencia” al maltrato hacia la mujer.
Escrito por: Silvia Cordero Encalada
Psicóloga Clínica
Mgs. En Desarrollo de la Inteligencia y la Educación
Cel: 0991769298
Email: emdicconsultores@gmail.com – silviacorderoe@hotmail.com
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