Siguen pasando los años y con ello he empezado a preguntarme: ¿al hacernos más viejos, nos volvemos más invisibles?
MIENTRAS MÁS VIEJOS, ¿MÁS INVISIBLES?…
<<Cuando me imagino vieja, realmente vieja, cuando intento proyectarme dentro de cuarenta o cincuenta años, lo que me resulta más doloroso, más insoportable, es la idea de que ya nadie me toque. La desaparición progresiva o repentina del contacto físico>>.
Esto es lo que dice uno de los personajes principales en el libro “Las gratitudes” de la escritora Delphine de Vigan. Su novela retrata la vejez con un afecto que conmueve profundamente y al mismo tiempo nos sacude porque nos habla de ella sin contemplaciones. Transmite claramente la idea de que envejecer es un proceso complejo.
En la Sociedad de Nueva Longevidad en la que nos encontramos necesitamos ejercicios de empatía como el del Marie. El personaje trabaja en una residencia cuidando a una persona mayor que va perdiendo sus facultades físicas y mentales progresivamente. Sumergirnos en historias como esta, que describen realidades que no queremos ver porque son incómodas, nos interpelan o nos sacan de zonas de confort, es un recurso válido para hacer conciencia y ser consecuente.
Con frecuencia se mira a la vejez muy por encima, de reojo. Sabemos que se teme a la muerte tanto como se teme a ser viejo y por ello caemos en la paradoja de querer vivir más sin que el tiempo pase factura en el cuerpo, como si eso fuera posible.
Un cambio positivo
Hoy en día el culto excesivo a la juventud nos vuelve invisibles cuando envejecemos. ¿Quién quiere ver a un viejo o una vieja en comerciales de televisión? Lo viejo es imperfecto, se esconde, no se muestra. Ese es el mensaje que nos ha enviado tradicionalmente la sociedad a través de los medios. Posicionando a la juventud como el estado ideal de la persona, restando valor a cualidades humanas que solo se obtienen a través de los años.
La buena noticia es que el escenario está cambiando. Con la transición demográfica en marcha, los adultos mayores empiezan a ganar notoriedad y protagonismo. Se estima que para el 2050 serán el 21% de la población mundial y cambiarán las reglas del juego al convertirse en un mercado emergente importante. Se trata de una nueva generación de gente mayor que se perfila como la más educada e informada de la historia. Su estilo de vida y hábitos saludables los mantendrá autónomos por más tiempo. No pasarán desapercibidos, no serán invisibles.
Ya se empiezan a ver acciones desde la cultura en ese sentido. Lo que no se ve no se conoce y lo que no se conoce no se puede valorar. Estas parecen ser las premisas detrás de la famosa campaña “The non-issue” que lanzó la marca Lóreal en el 2019 y que recibió el apoyo de la revista Vogue. Una campaña que logró comunicar con gran impacto cómo los medios han invisibilizado históricamente a las mujeres maduras. Cuando las personas no se ven reflejadas en la cultura se transmite la idea de que son irrelevantes. En ese sentido, la campaña fue un éxito, logró el objetivo de normalizar el envejecimiento en la industria de la moda y la belleza cambiando la percepción de su grupo objetivo.
En la Sociedad de Nueva Longevidad que se está construyendo ahora cabe imaginar nuestra propia vejez empáticamente junto a Marie:
<<Cuando sea vieja me tumbaré en la cama o me arrellanaré en un sofá y escucharé la música que ahora escucho, la que ponen en la radio o en las discotecas. Cerraré los ojos para recobrar la sensación de mi cuerpo en pleno baile. Mi cuerpo desatado, ligero, dócil, mi cuerpo en medio de otros cuerpos, mi cuerpo liberado de miradas ajenas, bailando sola en medio del salón. Cuando sea vieja pasaré horas así, atenta a cada sonido, a cada nota, a cada impulso. Sí, cerraré los ojos y me proyectaré mentalmente en la danza, en el trance, recuperaré uno a uno los movimientos, los quiebros, y mi cuerpo se ajustará de nuevo al ritmo, al compás, a la pulsación. Eso es lo que me quedará cuando sea vieja, si llego a serlo algún día. El recuerdo de la danza, los bajos latiéndome en el estómago y el movimiento sinuoso de mis caderas>>.
Escrito por: Psic. Alexandra Landázuri Savinovich
Directora de Guiarte, programa online para personas mayores.
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