Límites de autocuidado entre el sacrificio y el amor propio. Te invitamos a leer hasta el final este interesante análisis.
“La maternidad es la más importante de todas las profesiones”, dijo Elizabeth Cady Stanton (+), una de las precursoras del feminismo moderno. Esta frase en sí mismo muestra la contradicción de la maternidad, vemos resaltada la importancia de esta “profesión” y sabemos que nadie estudia ni a nadie le pagan por ser madre, por ende no es una profesión.
Hasta la fecha la RAE no reconoce el término maternar, este aparece recientemente en algunos textos científicos y en los mismos hace referencia a cuidado del otro, creación de vínculo afectivo, de romper la idea de criar con la que antes se enfrentaban las madres, es que criar no es igual a maternar, criar es alimentar y cuidar [una persona] a un animal o una planta para procurar que tenga un crecimiento y desarrollo adecuados… como si adecuado fuera una palabra en la que calzamos todas las diferencias de las personas.
Criar corresponde a este imaginario de la “buena madre”, maternar, deja “algo” de libertad al ejercicio de ser madre. Ya por ahí entendemos que no es igual, el primero está impuesto socialmente a toda mujer que quiera que tenga un hijo, el segundo puede ser o no asumido, pasa por el deseo de la mujer de ser madre. No es lo mismo tener un hijo que ser madre…
Embarazo y la maternidad
En el proceso de embarazo una mujer libera nueve hormonas diferentes, por ejemplo, la progesterona, hormona de la protección, responsable de que el cuerpo de la madre reconozca al feto como propio al cuerpo de la madre. Progesterona también responsable del aumento de temperatura corporal, el estreñimiento, las varices entre otros. También está la oxitocina, hormona del amor, y la prolactina, responsable de producir la leche, le permiten estar a la madre en sintonía empática y por ende afectiva con su cría.
Revisando el párrafo anterior me quedo pensando en que la maternidad es como el embarazo mismo, momentos llenos de estragos y ahí mismo llenos de vida, entonces ¿cómo separarlos, cómo entender que aunque me llene de vida y amor la función materna, yo como madre debo tomar distancia de ese ejercicio para seguir siendo yo? ¿Cómo ser una “buena madre” desde el discurso social impuesto y también ser yo misma siendo madre?
Pues mis amables lectores esas preguntas aún no tienen respuestas, psicólogicos, sociólogos, doctores, enfermeras, entre otros siguen haciendo estudios para poder guiar y acompañar a la mujer que se enfrenta al trabajo de maternar, sin embargo, lo que sí cada vez más estudios psicológicos, sociológicos y médicos enfatizan es la necesidad del autocuidado materno, la necesidad del acompañamiento en la primera etapa y todas las etapas de la maternidad.
Autocuidado de la madre
Para la doctora en psicología Iratxe López el autocuidado es: elegir comportamientos que equilibren los efectos de los estresores emocionales y físicos. Estos comportamientos pueden ser: hacer ejercicio, comer alimentos saludables, dormir lo suficiente, practicar yoga y ejercicios de respiración, técnicas de meditación, acudir a terapia, etc.
Desde esta perspectiva reconocemos que la madre parida, principalmente en la primera infancia de su hijo está expuesta a factores estresantes, tanto internos como externos, necesita de otras madres, voces de apoyo, o su misma pareja que la acompañe y la motive, un poco la empuje a velar por su propio bienestar.
Cuando esto se practica desde el nacimiento del niño en el transcurso de la práctica materna, se pueden mantener esos espacios de salud para ella que inciden directamente en el bienestar para la cría.
Es importante aclarar que hay diferentes momentos y por ende cambios en las necesidades del camino de ser madre, no es lo mismo ser madre recién parida que ser madre de un adolescente, sin embargo, como con cualquier persona en proceso lo más importante son los primeros momentos porque son los que sientan bases. Por esto es necesario desde el inicio que la madre tenga hábitos y rutinas para ella, para su autocuidado y el proceso de identificación que comenzará a vivir en esta aventura que ha decidido tomar.
Entonces ¿por qué para una madre puede ser tan difícil lograr los objetivos mencionados? Por el discurso social de la buena madre, por sus propios cambios hormonales, por la falta de fuerza que puede tener, por la cantidad de amor y la comodidad de estar junto a su fruto.
Entonces ¿Qué hacer?
Frente a este exposición en la que se encuentran muchas madres y la necesidad del autocuidado el Consejo General de la Psicología en España está solicitando a la ONU se valide en día de la salud mental materna, considerando que es una necesidad mundial cuidar de las madres en esa primera etapa, en la actualidad el Consejo lo festeja y propone el primer miércoles de mayo.
- Acompañarse de una tribu que también esté maternando, ahora hay estos lugares y los encuentras en internet, a veces son grupos pagados otros no, en los que se comparten historias, se acompañan y se animan a practicar el autocuidado.
- Estar en contacto consigo misma, oírse amorosamente como se escucha a una amiga cuando habla de sus dolores, incluso si no estamos de acuerdo.
- Hablar de lo que siente, tener claro que va a sentir vergüenza y culpa por todo lo que vive.
- Saber que el amor primero o segundo o tercero o cualquiera de la maternidad es embriagador y dulce tanto como absorbente y demandante y que frente a esto solo tomar distancia puede ayudarnos a volver a nosotros mismos. Así aprendemos equilibrio y también lo enseñamos.
Hasta acá solo unos cuantos esbozos y sugerencias, pensar que está todo dicho es ilógico e inocente, la maternidad como el proceso de maternar van cambiando como la humanidad misma, por eso a seguir leyendo a seguir aprendiendo a decidir sin miedo al error para aprender, a eso los motivo.
Escrito por: María del Carmen Rodrigo H., Psicóloga Clínica. Celular: Celular: +593 98 331 9545.
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