Es fundamental que los adultos mayores introduzcan el caminar en su rutina diaria.
Está claro que caminar a diario es beneficioso para la salud de cualquiera, pero en especial para la de los más mayores, porque mejora su calidad de vida, previene enfermedades y hasta mejora su estado de humor, disminuyendo la depresión o la ansiedad. Las personas mayores de 65 años deberían caminar, al menos, unos 150 minutos a la semana, o lo que es lo mismo 30 minutos al día durante 5 días en una semana.
Son múltiples los beneficios que caminar produce en nuestro organismo como: reforzar el sistema inmunológico y con ello, reducir el riesgo de enfermedades; prevenir la pérdida ósea; aumentar el equilibrio, la coordinación, la resistencia y la flexibilidad; mejorar el sueño; aumentar la capacidad pulmonar; controlar el colesterol y evitar la obesidad; mejorar la circulación y prevenir la aparición de varices; mejorar el humor y la autoestima con lo que contribuye a disminuir la depresión y la ansiedad entre otros.
El problema, es que a pesar de los múltiples beneficios que andar tiene para nuestra vida cuatro de cada diez mayores de 65 años reconoce no salir a pasear nada. Y esto habría que remediarlo, cada mayor debe ajustar la caminata diaria a sus capacidades. Si se tienen dudas o el mayor sufre de patologías, lo mejor es consultar con el médico.
Consejos para introducir la rutina de caminar en los mayores
Compartimos una serie de consejos para ayudar a introducir el hábito saludable de andar en la rutina diaria de los más mayores:
Mejor poco que nada
Lo mejor para convertir la caminata diaria en un hábito es empezar poco a poco, aumentando el número de pasos paulatinamente. No se trata de una competición, sino de una actividad para disfrutar. Mejor caminar, aunque sea un poco cada día, que no andar nada y llevar una vida sedentaria.
Elegir bien la hora y controlar el frío y el calor
Antes de comenzar a andar resulta recomendable consultar las condiciones meteorológicas para llevar la ropa adecuada. En días de calor, conviene salir a primera hora de la mañana o la última de la tarde para prevenir los golpes de calor, además, hay que ir por la sombra, llevar sombrero y agua.
Si hace frío, lo más adecuado es aprovechar las horas de sol de medio día y abrigarse bien, pero si llueve, hace mucho frío o ha helado, mejor posponer la caminata para cuando mejoren las condiciones climatológicas. Tanto los días despejados como los nublados hay que ponerse siempre crema protectora.
Ropa y calzado cómodo
Elegir bien la ropa y el calzado es fundamental para sentirse a gusto caminando. El calzado debe ser transpirable y estar bien ajustado al pie. Si es necesario, el mayor puede llevar andador o bastones, que le permitan sentirse más seguro. La ropa, por su parte, debe tener un tejido agradable y no causar roces.
Un vaso de agua antes de empezar
Beber un vaso de agua antes de empezar a andar es fundamental para hidratarse. De igual manera, realizar estiramientos, en la medida de las posibilidades de cada persona, también puede ayudar a tener menos agujetas. Lo ideal es iniciar a una velocidad más baja, para después aumentar el ritmo. Además, mejor si llevamos siempre una botellita de agua con nosotros.
Comenzar de menos a más
Los primeros días, el mayor puede empezar a caminar de una forma suave, sin forzar el cuerpo, y en distancias más cortas. Posteriormente puede ir aumentando la distancia y la intensidad del paseo, según se vaya encontrando más cómodo.
Alternar los ritmos
Si el mayor tiene cierta capacidad física, alternar los ritmos lentos con los más rápidos, o los terrenos llanos con los de cierta pendiente, supone un gran beneficio para el organismo.
Combinar con otras actividades
Se puede combinar andar a diario con otras actividades, como el baile, el _aquagym_ o la natación, en función de la condición física del mayor.
Acompañados si es necesario
Si el mayor no tiene una buena movilidad, sufre pérdida de equilibrio o presenta cierto deterioro cognitivo, lo ideal es que haya una persona que lo acompañe en sus paseos. Otra opción es llevar un botón SOS que permita ser atendido en caso de algún contratiempo con solo pulsarlo.
Tras el esfuerzo, descanso
Cuando el mayor haga un esfuerzo, es recomendable tomarse un descanso, tanto a lo largo del paseo como una vez llega al domicilio. De esa manera, se evitan los sobreesfuerzos y la actividad resulta más motivadora.
Fuente: TK Home Solutions.
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