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La oscuridad y las tradiciones culturales refuerzan la asociación de octubre con el miedo.

En octubre, el interés por el género de terror crece exponencialmente. Las celebraciones como Halloween y el Día de los Difuntos en Ecuador crean el ambiente perfecto para consumir historias de miedo. Tanto en el cine, como en las plataformas de streaming y la literatura, el terror se convierte en protagonista indiscutible durante esta época.

¿Por qué octubre tiene una conexión tan fuerte con el miedo? Aunque Halloween tiene un papel fundamental, el profesor de Comunicación de la Universidad Europea, Javier Pérez indica que también hay otros factores culturales en juego. «No hay que olvidar que el Día de los Difuntos es un recuerdo a los familiares fallecidos, lo que también tiene un componente clave», afirma.

En cuanto a las plataformas de entretenimiento, Pérez destaca su habilidad para capitalizar la atmósfera de octubre. «Aprovechan el contexto de esta temporada para lanzar especiales de terror y thriller, generando expectación tanto en sus suscriptores como en potenciales nuevos usuarios», explica.

 

 

¿Por qué más miedo en octubre?

Sobre si las personas sienten una mayor necesidad de emociones fuertes en este periodo, Javier Pérez argumenta que, más allá de octubre, el miedo está ligado a las sensaciones de oscuridad y al impacto emocional de esta época del año. «La necesidad de sentir emociones fuertes está más asociada a edades específicas, donde el subidón de adrenalina y endorfinas crean una atracción por estos géneros», sostiene.

El tipo de terror que se consume en octubre es diferente al del resto del año en referencia a la cantidad de oferta que hay durante este mes y las estrategias de marketing que se llevan a cabo. Según el profesor Pérez «el terror que se oferta depende más de las modas. Hubo un tiempo en que los zombies dominaron con «The Walking Dead», otras veces son los vampiros o los fantasmas».

En definitiva, octubre se consolida como el mes del terror por una confluencia de factores que van más allá de las festividades. La oscuridad, el frío y la nostalgia, junto con estrategias de marketing bien orquestadas, convierten al miedo en una emoción a la que muchos acuden en esta época del año.

 

 

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