El presentador del canal EWTN y director de AciPrensa, visitó Irak y nos cuenta sobre la cristianofobia que se vive en el mundo entero.
Los cristianos en el mundo, más que ninguna otra comunidad religiosa, es uno de los grupos más perseguidos y amenazados del planeta. Según un informe de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), veinte cristianos mueren cada día, casi uno por hora.
Pero, perder la vida a causa de la fe no es la única forma de persecución, según Alejandro Bermúdez, presentador del canal EWTN y director de la agencia de noticias AciPrensa, quien estuvo en Guayaquil para dictar conferencias.
Bermúdez visitó este año el norte de Irak y tuvo contacto con cristianos que han huido del Estado Islámico. Profundizamos con él sobre esta experiencia.
Alejandro, ¿por qué los cristianos son los perseguidos en esa región?
Los cristianos son una de las minorías religiosas en Irak, pero la razón es porque en general el Islam es hostil al cristiano, no necesariamente lo persigue o lo mata, sino que la misma enseñanza del Islam ve a la gente de otra religión como seres humanos inferiores. En los lugares donde no son directamente perseguidos, los cristianos son hostigados, vistos con muy poca simpatía y eso yo lo vi en la ciudad de Ankawa, en Erbil, donde los musulmanes no están para nada contentos, ni son acogedores con los cristianos que llegan. Es la propia comunidad cristiana quien se esfuerza por acoger a sus hermanos y es el gobierno local que, por querer tener buenas relaciones con Occidente, acepta a los desplazados cristianos.
Si siempre ha existido antipatía, ¿cuál fue el detonante de esta persecución?
Para que esta hostilidad constante se haya convertido en abierta persecución por momentos de la historia, como sucede ahora, se ha necesitado un detonante radical: personas que se proclaman profetas y llaman a la guerra santa.
En este momento, ese es el papel que cumple el Estado Islámico (EI), ellos son el detonante del siglo XXI de esta nueva persecución. Ellos han promocionado el fanatismo, la ceguera, el deseo de violencia que se vuelve contagioso; porque los cristianos de Mosul, por ejemplo, fueron desplazados directamente por el EI, pero los cristianos de una población vecina que se llama Qaraqosh, fueron desplazados por sus vecinos islámicos que les decían: “Oye ahí está el Estado Islámico, si no te vas y me dejas todas tus propiedades, voy a decirles que venga y te maten, o sino conviértete al Islam”. Con esto entendemos que el mundo musulmán no es indiferente, es hostil. Esa hostilidad no siempre se convierte en persecución, pero sí muy fácilmente cuando hay un detonante.
Los cristianos sabíamos que este momento llegaría en algún momento. ¿Es esto el inicio?
Si el progreso del EI depende de la descomposición de países como Irak y Siria, esto lamentablemente recién está comenzando, porque el camino en el que están yendo estos países es aún peor. No hemos visto lo peor de la descomposición, y eso significa que el EI va a cubrir más territorio y servir de modelo inspirador a otras personas en otras partes del mundo.
Hay lugares con grandes mayorías musulmanas como Indonesia o Malasia donde hasta hace poco no existían episodios de anticristianismo, y todos de alguna forma inspirados por el mal ejemplo del EI. Me gustaría decirte algo diferente, pero si miramos lo que está sucediendo en la historia y en el mapa, el camino va para mal.
¿En Latinoamérica no hay persecución porque los cristianos no perdemos la vida?
En Latinoamérica se aplica un criterio muy interesante del sociólogo italiano Massimo Introvigne. Él explica que existen distintas formas de persecución y una de ellas es fruto de la intolerancia. Cuando se produce desprecio y falta de respeto a la religión, el paso siguiente es la intolerancia. Cuando se produce la intolerancia se deriva la persecución. Cuando existen estructuras sociales, políticas, culturales que quieren desplazar a los cristianos de su participación en ámbitos públicos eso es una forma de persecución.
El que es perseguido es víctima, pero para la prensa secular el cristiano es el victimario.
Te pongo un ejemplo. Las feministas, abortistas o los grupos de presión homosexual dicen que los valores y principios cristianos no deberían influir en la sociedad porque el Estado es laico. Es verdad, el Estado es laico, pero la sociedad no; porque los cristianos formamos parte de ella. Si aceptáramos la forma de organización social que quieren estos grupos, tendríamos que aceptar que ellos sean ciudadanos de primera clase con capacidad de opinar y organizar la sociedad; y que nosotros que queremos organizar la sociedad en torno a la familia y defensa de la vida inspirados en principios cristianos, no se apliquen. Eso es una forma clara de persecución que no podemos aceptar. Nuestra opinión y voto no vale menos.
Hay cristianos que mueren todos los días y no son noticia, pero la muerte del león Cecil en África estuvo en TV y redes sociales…
Yo tengo una teoría que explica el porqué la prensa secular, en su mayoría, ignora la persecución de los cristianos. El que es perseguido es víctima, pero resulta que para una parte de la prensa secular el cristiano es el victimario. (Según ellos) el cristiano es el que está “en contra” de los derechos de las mujeres, de los derechos homosexuales, del progreso, es decir, el cristiano es presentado como el abusivo. Entonces, cuando ven que los cristianos por su fe están siendo asesinados, les produce un corto circuito ideológico, porque el cristiano no puede ser víctima, es el malo de la película, no puede ser el bueno.
Cuando el Estado Islámico destruye un templo griego en Siria, el mundo se pone de acuerdo para declarar crimen de guerra; en el futuro, el día que capturen al responsable va a ir a una corte internacional por un crimen contra la humanidad. Pero, el asesinato de cristianos por el EI no ha sido declarado todavía un crimen de guerra. El día que esto acabe, un general que se ha dedicado a asesinar cristianos, no va a ir a la cárcel, el que destruyó un templo griego sí. ¿Eso es equidad en la manera de enjuiciar la realidad? No. Simplemente hay un prejuicio hacia los cristianos y Occidente no quiere aceptar que lo tiene.
¿Cómo tener una mirada esperanzada?
Dios está de nuestra parte y nosotros sabemos que el proyecto de Dios no va a fracasar, pero tenemos que comprender que Dios actúa a través de las acciones humanas. Creer que Dios va a actuar solo, sin nuestra cooperación, no es lo que enseña nuestra fe. No tenemos que conformarnos con un cristianismo de múltiples devociones, que reza novenas. Todo eso está bien, pero no es suficiente. Necesitamos un cristianismo militante.
¿Qué acciones podemos tomar para no ser simples espectadores?
Ayuda económica. Estos cristianos no están siendo ayudados por la comunidad internacional. La única ayuda económica que reciben es católica. La ONU no destina dinero para estos cristianos perseguidos. Si podemos recaudar fondos, contribuyamos. Activismo. Debemos retuitear, repostear y compartir en cualquiera de nuestras redes sociales para ayudar a más personas a ser conscientes del sufrimiento y del testimonio de nuestros hermanos cristianos. Por cada tuit de la muerte del león Cecil, debe haber 20 tuits de cristianos denunciando la matanza de cristianos. Usemos las redes sociales. Muchos de los medios seculares no estarán a nuestro favor, pero hemos visto que a través del activismo de redes sociales se puede lograr mucho. Por ejemplo: el escándalo de Planned Parenthood y la venta de partes de bebés abortados que fue ignorado durante mucho tiempo por la prensa norteamericana, al final ha terminado siendo cubierto porque en las redes sociales nos hemos movido con energía y decisión. Si nos movemos y defendemos nuestra fe, a nuestros hermanos cristianos con energía, yo soy optimista que algo bueno puede pasar. Vigilancia. Ya existen signos de irrespeto a los cristianos en nuestro países y nosotros tenemos que ser combatientes y firmes en defender el espacio que nos corresponde. El Señor nos dijo que seamos astutos como serpientes, no solamente mansos como palomas, así que tenemos que saber defender el espacio público como ciudadanos cristianos y estar atentos para que ninguna fuerza política y cultural nos los recorte. |
Por María José Tinoco
Editora
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