El mundo digital se hace más familiar para los adultos mayores y les trae un alivio a la soledad.
Hace unos meses, estuve en una cafetería donde cité a un cliente. No muy lejos de nuestra mesa, seis señoras mayores tomaban un café con piqueos. Al parecer se encontraban hablando de la vida y de pequeñas anécdotas, porque por momentos reían sin parar; pero, al fijarme bien me di cuenta de que en realidad el tema que trataban era ¡los niveles de Candy Crush! Todas tenían sus dispositivos y hasta se reclamaban las vidas para continuar pasando niveles.
Hace apenas unos años mi mamá encontraba divertido jugar solitario en la computadora de escritorio de casa; ahora, el mejor regalo que le pudieron haber dado es un Ipad con aplicaciones como Preguntados, un juego de preguntas en donde, a través de Facebook, retas a tus amigos con partidas de preguntas y respuestas para obtener un mayor puntaje.
Es curiosa la frecuencia con la que más usuarios mayores de 65 años se conectan a Facebook. El poder de estar “en línea” por minutos les ha dado la felicidad de encontrar a amigos que no habían visto por años, e incluso estar en constante comunicación con familiares que viven en otros países. Cuando vamos a reuniones familiares, sin duda la primera pregunta que te hacen es: “¿Mijito(a) no me ha aceptado mi solicitud en Facebook?”
Al inicio, puede ser raro ver a tus padres, abuelitos o tíos dentro de las redes sociales, incluso que tu mamá te escriba a través de mensajes directos en Twitter. A mí ya me pasó, pero al final de día te das cuenta de que estos canales te ayudan a marcar una nueva conexión con tus seres queridos.
Tener más de una opción donde podamos dejar un comentario de aliento o un mensaje de felicitaciones se convierte en un detalle encantador cuando lo muestras “frente” a tus amigos, traducido al mundo digital: desde tu muro de Facebook.
Tratemos de aprovechar estos nuevos canales de comunicación para mejorar las relaciones, transmitir en palabras o imágenes lo que nos gustaría decir físicamente y lo más importante, sentirnos cerca de las personas que amamos.
Por Solange Coyago
Redactora de medios digitales
@solcoyago