Son las tres drogas más consumidas por los jóvenes de nuestro medio.
Se llama droga a toda sustancia que altere la mente o el estado de ánimo; y es precisamente el alcohol, la sustancia más consumida por la juventud.
Es común oír de los jóvenes que “sin alcohol, la fiesta está matada” -o sea aburrida- y para evitar que nuestro hijo tenga una fiesta así, permitimos que se consuma.
Lamentablemente, muchas veces, somos los padres los primeros en enviar mensajes contradictorios al permitir el consumo de licor en las reuniones de nuestros hijos adolescentes. Es común oír de su parte que “sin alcohol, la fiesta está matada” -o sea aburrida- y para evitar que nuestro hijo tenga una fiesta así, permitimos que se consuma.
Quiero poner de antecedente que el primer síntoma del consumo de alcohol es la desinhibición del individuo y todos sabemos que una persona desinhibida puede hacer lo que sea, con consecuencias incalculables.
Apertura a nuevas sustancias
Simultáneamente, con el consumo de alcohol, la marihuana es la segunda sustancia más consumida por los jóvenes. Hoy existe una subcultura donde los jóvenes llegan a pensar y sostener que la marihuana “no es una droga, sino una planta medicinal milenaria natural e inofensiva”.
Desarrollé, en ediciones pasadas, un artículo llamado Mitos y verdades de la marihuana, en donde resalto el efecto de aletargamiento y ausencia de percepción del tiempo y espacio de los jóvenes que consumen con regularidad este tipo de droga, siendo lo más peligroso la apatía y postergación de responsabilidades de su edad.
Por ejemplo, al estudiar, tienen bajos rendimientos, con lo cual suelen perder años de educación; además, registran daños en la memoria a corto plazo. La marihuana y el alcohol suelen combinarse, de modo que el cerebro de un adolescente recibe mayor impacto.
Sumado a esto, hay que alertar sobre el peligro que representa la cantidad de Tetra hidro canabinol (compuesto químico de la marihuana) que hoy traen los diferentes tipos de marihuana que llegan al Ecuador. A mayor concentración, mayor es el daño.
Otra droga que consumen mucho los jóvenes es la cocaína, que produce euforia y locuacidad entre ellos: los hace extrovertidos. Esta droga es “esnifada” -o sea inhalada por la nariz-, con lo cual, en pocos segundos liberan en grandes dosis adrenalina y dopamina; sustancias que producen una sensación de fortaleza y energía en el organismo.
La cocaína va muy relacionada con el consumo de alcohol ya que, si se toman simultáneamente, produce un falso estado de “creernos dueños del mundo”. Los daños que produce esta droga en el sistema nervioso central (presión arterial y corazón) son muy grandes, estos órganos son expuestos a situaciones de estrés muy altas, y también aparecen marcados estados de paranoia y depresión post consumo.
Si a todo esto sumamos la corta edad de nuestros hijos, resulta que los daños pueden ser irreversibles.
En caso de que sospeches que tu hijo o algún conocido consume alguna de estas sustancias, no dudes en buscar ayuda profesional.
Por Antonio Rimassa ChiribogaTaller.tapad@gmail.com
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