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Estudió en la Escuela de Ingeniería de Antioquia, Colombia; sicóloga por la Universidad de San Buenaventura, con especialización en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

 

El Papa Francisco ha dicho que la dignidad de la mujer se puede profundizar a partir de la figura de María, de quien dice es “más importante que los obispos”.  El líder católico ha pedido apertura al punto de vista distinto de las mujeres y entrar en un diálogo con ellas.

Ana Cristina Villa, responsable de la sección Mujeres, del Pontificio Consejo para los Laicos, nos comenta al respecto.

 

“El Papa  ha pedido apertura al punto de vista distinto y complementario de las mujeres en los lugares donde se toman decisiones dentro de la Iglesia.

¿Qué dice el Papa sobre quién es la mujer? 

El Papa ha afrontado el tema de la mujer en muchas ocasiones y no cabe duda de que se trata de un tema que le interesa mucho. En sus intervenciones resalta el énfasis en la enorme dignidad de la mujer y la riqueza de su especificidad: su especial capacidad para comprender a Dios, su modo de ver la realidad diferente enriquecedor y complementario del que es propio del hombre (como también el punto de vista del hombre enriquece y complementa el de la mujer), su rol insustituible en transmitir la fe, su especial sensibilidad y capacidad para la ternura y la misericordia, la riqueza de su maternidad no solo física, también espiritual. En fin, creo que con sus palabras invita a las mujeres a valorar el don de su feminidad y a los hombres a apreciar y acoger lo que las mujeres les ofrecen de distinto y complementario, entrando en un diálogo fructífero con ellas.

Otro tema que me parece importante es cómo el Papa invita frecuentemente a las mujeres a mirar a María, a aprender de Ella, a dejarnos educar por Ella. Si bien Nuestra Madre es modelo para todos los cristianos de fe, de acogida de la Palabra, de obediencia al Plan de Dios, de un modo particular puede ser para las mujeres modelo de hija, esposa, madre, modelo de discípula.

 

Él ha dicho que es necesario ahondar más en la participación de la mujer en la Iglesia.  ¿A qué se refiere el Papa?

Creo que en esa “Iglesia en salida” hacia las periferias que el Santo Padre sueña y promueve, ve necesaria una mayor participación de las distintas vocaciones, o sea, la superación de un cierto clericalismo (que afecta a todos, clérigos y laicos) que identifica demasiado rápido la Iglesia con los obispos y sacerdotes. En cambio la Iglesia somos todos los bautizados y, cada uno a su modo, según su vocación, participa en la misión de la Iglesia. Una madre de familia, por ejemplo, educando a sus hijos en la fe, ¡desempeña la misión de la Iglesia! Lo mismo un trabajador que da testimonio del Señor en su ámbito de trabajo, etc. En esta línea, creo que lo que el Papa pide es mayor diálogo, escucha y enriquecimiento entre las distintas vocaciones, y explícitamente ha pedido apertura al punto de vista distinto y complementario de las mujeres en los lugares donde se toman decisiones dentro de la Iglesia.

 

¿La Iglesia es Madre, dice Francisco, se refiere a la Iglesia en clave femenina?   

La participación de la mujer en la Iglesia que el Papa está pidiendo no puede limitarse a algo funcional, él mismo lo ha dicho, no se limita a roles que se abren para que ella desempeñe. Lo que debe buscarse más bien es profundizar en una reflexión sobre el hecho de que la Iglesia es “la”, no el; es femenina, es esposa y madre. Profundizar qué significa que en la Iglesia, María es más importante que los obispos. El Papa invita a que pensemos en estas dimensiones del misterio de la Iglesia y a partir de ello obtengamos luces para que se haga más visible el rostro de amor y misericordia que la Iglesia tiene que mostrar al mundo. Si la Iglesia es esposa y madre, entonces las mujeres pueden tener un papel central para que todos los cristianos comprendamos qué significa ser hijos e hijas de la Iglesia. El testimonio del modo como una mujer cristiana vive su responsalidad y su maternidad puede ayudar a todos a comprender el misterio de la Iglesia y hacer visible su presencia en el mundo. 

 

 

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