La competencia aplicada a los juegos o actividades, puede ser de gran ayuda en el manejo de grupos y más si son adolescentes.
Ninguna época de la vida es mejor para formar unos hábitos de competencia sana que la adolescencia. Los adolescentes siempre están compitiendo: quieren ser los más chistosos, los más populares, los más inteligentes, los mejores vestidos… la lista puede volverse interminable. ¡Esto es parte de la naturaleza humana! Así que no lo ignores, sino permite y motiva la competencia en los retos que plantees para cada encuentro.
Es por eso que te alentamos a que canalices esa competencia natural que hay en los chicos y la conviertas en un factor de diversión, inclusión, aprendizaje y en todo lo que tu creatividad te ayude.
Disfrutar sanamente
Recuerda que puedes utilizar el juego y la competencia para enseñanzas espirituales pero también puedes utilizar el juego sólo como herramienta de entretenimiento, sin necesariamente terminar con una aplicación bíblica.
¡Los maestros también saben divertirse! Las actividades no son solo para los adolescentes, mézclate con ellos, comparte y verás como puedes conectarte cuando estás cerca y juegas siendo parte de las actividades que tú mismo planeaste.
Fuente: e625.
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