Son pocas las enfermedades que se han asociado con el término ‘maligno’, como “tiene cáncer maligno”. Y así, en nuestra idiosincrasia asociamos al cáncer con lo más malo que puede haber en este mundo.
Decirle a un paciente que es portador de esta enfermedad es tan impactante que luego de informárselo no escuchan más nada. Es como si se les derrumbara el mundo de cada lado. Sin embargo, la buena noticia es que las cosas han cambiado y ya podemos detectar y curar el cáncer, si es que se lo hace a tiempo.
Con el cáncer de cuello uterino sucede algo muy interesante. Es un tipo de cáncer, casi en tu totalidad, prevenible. En países desarrollados como los Estados Unidos esta clase de enfermedad solo representa el 2% de los cánceres que afectan a la mujer. Pero, en nuestros países en desarrollo la realidad es otra, básicamente porque no realizamos la citología cervical, más popularmente conocida como el papanicolau (pap). Esta prueba desde 1940 ha sido la responsable de disminuir en casi un 70% las muertes por este tipo de cáncer a nivel mundial. Cabe destacar que es un prueba económica, fácil de realizar y básicamente inocua para la paciente.
¿Cómo ocurre el cáncer de cuello uterino?
Este tipo de cáncer es producido por el contacto de las células del cuello uterino con el virus del papiloma humano mejor conocido como VPH. Esta exposición deber ser por al menos 2 años para inducir cambios celulares.
También debemos conocer que hay muchos tipos de este virus pero los que son llamados de “alto riesgo” son lo que más comúnmente se han asociado con el desarrollo del cáncer. Es por eso que además de la prueba del pap se puede hacer detección del ADN del virus y determinar si es de alto o bajo riesgo.
El VPH puede transmitirse a través de las relaciones sexuales ya sean vaginales, anales, orales. Asimismo, el contacto con piel y mucosas corren el riesgo de contraer esta infección. Por su parte, el número de parejas sexuales incrementa el riesgo de contraer el VPH. Igualmente, el inicio de las relaciones sexuales, mientras más precoz sea el inicio de la vida sexual hay mayor riesgo.
Existen otros factores de riesgo como por ejemplo: las infecciones vaginales por clamidias, virus del herpes tipo 2, portadores del VIH o enfermedades que debilitan el sistema inmunológico. Pero básicamente la infección por VPH es la principal causante del cáncer de cuello uterino.
Es fundamental saber que en las etapas iniciales del cáncer de cuello uterino (que es la etapa donde se puede curar), no hay síntomas. En algunas pacientes puede presentarse el sangrado posterior a las relaciones sexuales o dolor, secreción vaginal maloliente, dolor en la región posterior de la espalda o dolor al orinar. Es decir, no hay un síntoma único y de aquí se desprende la importancia de acudir a su médico para la toma del pap.
La buena noticia es que sí se puede prevenir el desarrollo del cáncer del cuello uterino y es a través de la toma del pap.
Dudas frecuentes
¿A partir de qué momento se debe comenzar hacer la citología o pap?, la respuesta es muy simple: un vez que comenzó la vida sexual. De igual modo se recomienda dejar pasar unos 7 días después de la menstruación para la toma de la muestra y no haber tenido relaciones sexuales 48 a 72 horas antes.
Es importante conocer que el cáncer de cuello uterino tiene una vacuna. Hasta el momento se ha obtenido cobertura para 9 serotipos del virus que son los más comúnmente asociados al cáncer. No obstante, la vacuna no es para todos, tiene criterios de selección para su efectividad. Uno de ellos es la edad que comprende desde los 9 a los 11 años, incluso algunos plantean hasta los 26 años.
Para concluir, este cáncer tarda desde su comienzo hasta que se desarrolla, por lo menos 10 años, es mucho tiempo para poder actuar. La solución está en tus manos. Ni el mejor médico del mundo puede hacer algo si su paciente no se hace evaluar. Acude a tu revisión anual y derrotemos a este enemigo detectable.
Por: Dr. Luis Altuve Centrella
Médico Ginecólogo y Mastólogo