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La ciencia prueba que, al morir, la vida nos pasa como una película. Equipo internacional de neurocirujanos lo comprobó. ¡Comparte!

«A través de la generación de oscilaciones involucradas en la recuperación de la memoria, el cerebro puede estar reproduciendo un último recuerdo de eventos importantes de la vida justo antes de morir, similar a los reportados en las experiencias cercanas a la muerte». Es la conclusión a la que ha llegado el doctor Ajmal Zemmar, neurocirujano de la Universidad de Louisville, en EEUU, coautor del artículo científico que acaba de publicar la revista Frontiers in Aging Neuroscience.

El artículo es una comprobación sin precedentes de aquello que algunas personas han explicado cuando, al borde de la muerte, dicen «haber visto pasar su vida como una película».

El estudio viene avalado por un equipo internacional de neurocirujanos, procedentes de China, Estonia, Canadá y Estados Unidos. El autor principal es el doctor Raúl Vicente, del Hospital Público de la Universidad de Henan, en Zhengzhou (China) y del Institute of Computer Science, de la Universidad de Tartu, en Estonia.

El estudio ha sido posible gracias a la información que pudo obtenerse de un moribundo de 87 años que se encontraba hospitalizado. Esta persona sufrió un ataque cardíaco estando conectado a los aparatos de medición. La respuesta de su cerebro fue grabada y gracias a ello los investigadores han contado con pruebas reveladoras.

«Aquí, presentamos el registro continuo de electroencefalografía (EEG) de un cerebro humano moribundo, obtenido de un paciente de 87 años que sufrió un paro cardíaco después de un hematoma subdural traumático».

 

 

30 segundos antes y después de la muerte

El enfermo que trataba el equipo del doctor Vicente sufría epilepsia. Le estaban haciendo un electroencefalograma para mejorar el tratamiento de su enfermedad cuando el paciente sufrió un infarto y murió. Así fue como quedaron grabadas las imágenes de la actividad cerebral previa a la muerte.

«Medimos 900 segundos de actividad cerebral en torno al momento de la muerte y establecimos un enfoque específico para investigar qué sucedió en los 30 segundos antes y después de que el corazón dejara de latir», explicó el Dr. Ajmal Zemmar, neurocirujano de la Universidad de Louisville.

«Justo antes y después de que el corazón dejara de funcionar, vimos cambios en una banda específica de oscilaciones neuronales, las llamadas oscilaciones gamma, pero también en otras, como las oscilaciones delta, theta, alfa y beta», explicó.

Estas ondas son patrones de la actividad de nuestro cerebro. Las oscilaciones se producen en relación con funciones cognitivas como la concentración, el sueño, la meditación, la recuperación de la memoria, el procesamiento de la información y la percepción consciente, pero también en relación con las funciones asociadas a los recuerdos, según explica una escritora científica en un artículo divulgativo de la misma revista.

 

 

El recuerdo en experiencias próximas a la muerte

Esta actividad que ahora se ha podido constatar «sugiere una explicación al recuerdo vívido de la vida en las experiencias próximas a la muerte», afirma Maryam Clark. La autora se basa en el artículo científico que publicó el equipo del doctor Vicente.

«A través de la generación de oscilaciones involucradas en la recuperación de la memoria, el cerebro puede estar reproduciendo un último recuerdo de eventos importantes de la vida justo antes de morir, similar a los reportados en las experiencias cercanas a la muerte», propone Ajmal Zemmar. Estos hallazgos desafían nuestra comprensión de cuándo termina exactamente la vida y generan importantes preguntas posteriores, como las relacionadas con la donación de órganos.

Aunque nuestros seres queridos tienen los ojos cerrados y están listos para dejarnos descansar, sus cerebros pueden estar reproduciendo algunos de los mejores momentos que vivieron en sus vidas.

Un interrogante sobre qué hace el cerebro en los últimos momentos

«Como neurocirujano, a veces me enfrento a pérdidas. Es indescriptiblemente difícil dar la noticia de la muerte a familiares angustiados», asegura el médico. Algo que podemos aprender de esta investigación es que, aunque nuestros seres queridos tienen los ojos cerrados y están listos para dejarnos y descansar, sus cerebros pueden estar reproduciendo algunos de los mejores momentos que vivieron en sus vidas.

 

 

Escrito por: Dolors Massot, vía Aleteia.

 

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