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¿Alguna vez se han cuestionado por qué son de tal forma, por qué piensan y actúan de tal manera, o por qué les pasa esto o aquello?

Aunque todos somos únicos en el mundo, existe, desde el ámbito de la psicología y la psiquiatría, una forma de organizar los diferentes tipos de personalidades en la que es posible que, según ciertas características nuestras, podamos establecernos en una u en otra.

Nuestra personalidad es el patrón de comportamientos, formas de pensar, de sentir y de interpretar nuestra realidad, y va a definir cómo nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos. Desde pequeños, comenzamos a establecernos en un tipo de personalidad, la cual estará regida, en parte por nuestros genes, y en parte por nuestras experiencias y aprendizajes.

A veces, debido a alguna experiencia o circunstancia importante en nuestra vida, podemos adquirir ciertas maneras de pensar y actuar que nos conllevan a relacionarnos de manera desadaptativa con los demás y con nosotros mismos. Claro que esas maneras, en su momento, son las que nos permiten sobrevivir y adaptarnos al medio en el que vivimos, por lo que no somos conscientes de su real funcionamiento y de cómo nos están afectando negativamente.

Un clúster de personalidad es la clasificación de varios tipos de personalidades que van  a tener un elemento en común, para de esta manera poder agruparlas bajo una misma organización.

Los tres clústeres de personalidad

  • Clúster A: extraños – excéntricos

Aquí se encuentra como elemento en común todos los tipos de pensamientos y forma de actuar e interpretar el mundo que son extravagantes o fuera de lo común. Suelen ser personas desconfiadas que se sienten constantemente vigiladas. Tienden a aislarse de los demás y a autosabotearse constantemente. Podría existir poco contacto con la realidad y darle mucha importancia a la superstición y al pensamiento mágico.

Dentro de este clúster se encuentran los trastornos de personalidad paranoide, esquizoide y esquizotípico.

  • Clúster B: inestables – dramáticos – impulsivos

Este tipo de personalidad se caracteriza por la elevada emocionalidad, el dramatismo, por los cambios constantes en el humor y la falta de control sobre las emociones. Son personas que poseen baja autoestima y se les dificulta relacionarse aunque lo intenten.

Aquí se encuentran los trastornos antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad.

  • Clúster C: ansiosos – temerosos

Este tipo de trastornos de la personalidad tienen en común la presencia constante de miedo o ansiedad, el aislamiento y la evitación social, la baja tolerancia a la incertidumbre, la dependencia a otros y los sentimientos de inferioridad.

En el clúster C nos encontramos con los trastornos de la personalidad evitativo, obsesivo – compulsivo y dependiente.

El conocimiento y la identificación de estos posibles clústeres de personalidad en un individuo puede ser de gran ayuda en el momento en que nos encontramos con la duda de la estabilidad mental y emocional de algún ser querido o de una persona conocida. Este tipo de personalidades requieren no simplemente de la identificación de estas sino de un trabajo multidisciplinar (psicólogo, psiquiatra, médico, familia, etc.) para su estabilidad y mejoría. 

Por Psic. Cl. María José Barredo S.
Máster en Cuidados Paliativos y Psicoterapia
mjosebarredo@gmail.com

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