En navidad todo debe ser alegría pero debido a la pandemia no lo es del todo, porque muchos están viviendo un duelo reciente.
“El duelo es un proceso muy personal, que necesita del respeto y la paciencia de la familia; en el caso de la navidad un punto importante a trabajar son los derechos asertivos”, Naja Yunez, Master en Psicología Clínica, Salud Mental y Diplomada en Duelo.
El duelo normal dura entre 1 a 2 años y la primera Navidad sin esa persona suele encontrarse en este periodo de tiempo. La psicóloga Naja Yunez, explica que los recuerdos de este ser querido que falleció pueden en estas fechas volverse repetitivos e incluso intrusivos de modo que esto sumado con su ausencia puede provocar un malestar cognitivo y emocional. En ocasiones, las emociones como la culpa, el enojo o la tristeza se intensifican, a veces por los pendientes que creemos tener con esa persona o por lo que nos hubiera gustado que hubiera sido y ya no es.
A su vez, pueden encontrarse manifestaciones conductuales como el aislamiento y aquí la familia debe aprender a ofrecer ayuda sin ser invasivos o sobreprotectores. En el primer punto se puede ayudar con cosas específicas como la comida o algo puntual que nuestro amigo o familiar necesite. En el segundo punto es importante tomar en cuenta la temporalidad. Si es reciente está bien que se sienta triste o desanimado y que quiera estar solo, pero si ya pasa mucho tiempo puede buscarse ayuda profesional.
En el caso de los niños, puede producirse un temor o ansiedad a la muerte de sus otros familiares y es importante explicarle la muerte de forma clara, porque aún no entienden lo abstracto. La psicóloga Naja Yunez recomienda explicar la muerte desde la vida y utiliza bastante la analogía con una plantita que nace, crece, se reproduce y luego muere. Se les explica que, si bien en algún momento todos vamos a morir, no va a pasar todavía.
Naja Yunez también explica que un error que cometen los familiares es comparar los procesos. Porque a mí me tomo 4 o 6 meses ponerme en pie y superar mi pérdida no significa que puedo apurar a mi amiga o sobrina en su proceso de duelo. Es muy importante la paciencia, entender que no hay urgencia de conseguir nada ni cumplir expectativas familiares sobre cómo celebrar las fiestas navideñas o de fin de año.
La comunicación asertiva y la navidad
Aquí entra la comunicación asertiva. Se le puede proponer acompañarla un rato pequeño en navidad, quizá en la mañana si no tiene ánimo de hacer nada en la noche. O quizá si se siente cómodo reunirse con un grupo más pequeño entendiendo que si quiere estar solo está bien, y que si no está de ánimo para ver a toda la familia no es necesariamente algo personal.
Como punto final, la psicóloga Yunez explica que en este momento las emociones están cambiantes y se pueden intensificar, de modo que la persona no necesita frases como “todo va a estar bien” o “ya vas a ver como esto va a pasar”. En primer lugar, por como la persona se está sintiendo en este momento, estás frases toman un sentido de incredulidad. Y, en segundo lugar, porque lo que necesita esa persona es nuestro acompañamiento, y que respetemos como se está sintiendo sin juzgarla o apurarla.
La navidad puede personalizarse y cada persona, más aún si tiene un duelo reciente, tiene derecho a elegir cómo quiere pasarla. Nuestro rol como familiares y amigos es el de apoyar y respetar esta decisión buscando la mejor forma, y en la medida que se sienta lo más cómodo posible, de acompañarlos en esta navidad.
Escrito por: Ruth Baquerizo.
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