Posiblemente ha experimentado el sentirse aturdido por una alarma que no paraba de sonar o alguna sirena en la calle, cuando estaba camino a casa. Nos hemos sentido nerviosos ante varias bocinas de autos a nuestro alrededor. Estos episodios generan incomodidad y malestar producto del estrés.
En las próximas semanas volveremos a vivenciar las festividades navideñas y junto a ello las fiestas, celebraciones, juegos en familia, canciones navideñas y momentos para compartir y socializar. Estas, vienen acompañadas de estímulos sensoriales los cuales se receptan mediante los órganos tales como la vista y los oídos. El uso excesivo de decoración navideña, ruido visual constante de los focos navideños, música a volumen alto en las fiestas o el uso de pirotecnia suelen ser más notables para quienes tenemos en casa un niño con discapacidad.
No obstante, para que las festividades sean un disfrute para ellos debemos adaptar ciertas prácticas evitando que los ruidos y estallidos producidos por los cohetes, petardos o fuegos pirotécnicos puedan ser los causantes de episodios de angustia, estrés o colapso nervioso. Los niños podrán manifestar su malestar mediante el llanto, gritos, los observaremos tapando sus oídos desesperadamente y en algunos casos pueden llegar hasta autolesionarse o presentar convulsiones.
Además, cabe mencionar que los ruidos excesivos pueden ser causantes de fatiga y agotamiento en los niños, irritabilidad, dificultades para concentrarse, conciliar el sueño e incluso producir tensiones musculares.
Para ello el rol de la familia, es ser una facilitadora y comprender que el niño con discapacidad es un miembro más, pero con otras necesidades que debemos atender de forma inmediata. Entre las recomendaciones a tomar en cuenta en las próximas semanas podemos mencionar:
- Anticipar las actividades: Anticipar cómo y dónde van a ocurrir estos ruidos procurando el uso de apoyos visuales, pictogramas o cuentos. Esta herramienta proveerá al niño seguridad y estabilidad.
- Involucrar a los niños en el proceso de preparación de la decoración, permitiéndole que se familiarice con los sonidos de los adornos navideños, los olores de los alimentos a preparar y actividades que realicemos como tradición con nuestras familias y también con los estímulos visuales que proveen las luces navideñas.
- Protectores auditivos: permitir el uso de estos elementos, reduce la presión acústica
- Alejar al niño de la fuente de ruido. Poseer un espacio con menor acceso al ruido de la pirotecnia.
- Integrar la lectura de cuentos o historias que sean del agrado del niño, además de escuchar música relajante puede ayudar a dispersar las sensaciones producidas por los ruidos externos.
- Podemos realizar con nuestros niños actividades estimulantes adaptadas a sus intereses tales como: coloreado o figuras en plastilina.
- Uso de reforzadores positivos tales como: ¡Lo estás haciendo muy bien!, ¡Me siento orgulloso de ti!, ¡Qué bien!
- Considerando las necesidades que presenta el niño con discapacidad, nuestra familia debería procurar eliminar el uso de pirotecnia
Debemos recordar que el papel de la familia es fundamental, que se requiere sensibilizar a quienes nos visiten en casa en las festividades o si nos trasladamos a casa de algún familiar, comunicar a ellos las particularidades que presente nuestro hijo, para así disfrutar de un ambiente agradable para todos, pero respetar las particularidades del niño con discapacidad y empatizar con la situación.
Si bien demanda mucho esfuerzo para los padres del niño con discapacidad, es necesario seguir estas recomendaciones y no aislarnos de participar en estos espacios de interacción social que nos van a permitir observar los avances en las relaciones interpersonales que desarrolle nuestro hijo, además poder identificar mediante la observación directa esos patrones de comportamiento que se pueden evidenciar en la interacción con primos, tíos u otros familiares lejanos. Nos permitirán conocer las opiniones de nuestros familiares cercanos e interactuar con ellos desde la empatía y comprensión hacia la diversidad e incluso podemos sorprendernos de lo conocedores y comprensivos que pueden mostrarse nuestros familiares ante las particularidades que presenta nuestro hijo con discapacidad y aportar de múltiples maneras en el espacio armónico y agradable que se vive en las festividades.
Vanessa Cedeño
Magister en Psicología educativa
Analista en inclusión Fasinarm