Mira algunos ejercicios para estar mejor incluso frente a los «no».
El miedo a fracasar nos sacude por dentro, no nos hace vivir serenamente. ¿Cómo enfrentarlo y superarlo? El psicoterapeuta Pasquale Ionata responde con un análisis muy eficaz en su nuevo libro “Accogli ciò che è” (Città Nuova).
El psicoterapeuta parte de un presupuesto: por mucho que nos esforcemos por tener bajo control el mundo que nos rodea y volverlo más racional, previsible, existe siempre algo que se tuerce. Son muchos los ejemplos de la capacidad de aceptar y vivir el luto de las pérdidas, de las derrotas, de las traiciones, de los reprobados o suspensos, de las separaciones, de los divorcios, de los traumas, que continuamente interfieren con nuestras existencias.
Cuando nos topamos con el “no” y “no” entramos en un estado sensible o defensivo, quizá con elementos de lucha, huída, o bloqueo. Pero ¿qué es necesario saber para dejar de tener miedo de fracasar?
Feedback, no fracaso
Primero que nada es necesario convencerse de que: “No existe el fracaso, solo el feedback”, y esta convicción es simplemente la manera más funcional de concebir el fracaso.
Cuando algo falla, lo que sucede es que no alcanzas el resultado deseado, nada más. En su lugar, obtienes un resultado distinto. En esencia, recibes información que te dice que lo que has hecho no ha funcionado y que debes probar a hacerlo de otra manera. El fracaso es solo un feedback que puede ayudarte a hacerlo mejor, y cada vez que no logras algo tienes una oportunidad rara y sin precedentes de aprender algo nuevo.
Entrenarse para “fracasar”
Si se piensa bien, el fracaso es casi inevitable para la mayor parte de las tareas que se llevan a cabo. Pero es así que se aprende a hacer mejor algo, a volverse más capaces. Cuanto más fracasas, más información tienes que puede ayudarte a corregir las cosas. Por lo tanto, es necesario entrenarse para “fracasar” lo más posible y recordar que cada persona de éxito ha fallado más veces de las que ha logrado realizar sus objetivos. Los niños no sienten que han fallado, si no logran caminar la primera vez que lo intentan. Siguen intentándolo hasta que lo consiguen.
La perfección que no existe
Otra cosa que hay que recordar es que, a menudo, la sensación de fracaso afecta a las personas porque se esfuerzan por alcanzar la perfección. Cuando no logran hacer algo perfectamente, ven su falta de éxito como un problema inmenso. Es importante darse cuenta que si algo fuera perfecto, no podría mejorar; si no puede mejorar tiene un límite, y todo aquello que tiene un límite no puede definirse como “perfecto”.
La pregunta que es necesario hacerse
Para resumir, en lugar de preguntarse inmediatamente el “porqué” de un determinado resultado, es necesario preguntarse: “¿Qué debo hacer distinto la próxima vez para logar obtener el resultado que quiero?”, teniendo siempre en mente que no existen los fracasos, sino solo soluciones ineficaces.
Uno de los comportamientos más reveladores de que nos encontramos en un estado de bienestar, de apertura y de modalidad del ser, es demostrarse amables frente a uno mismo, de esta manera nos oponemos a la tendencia que todos tenemos de ser demasiado duros, pasando mucho tiempo criticándonos y reprochándonos.
Esta actitud mental de “apertura” y de “modalidad del ser” excluye la presencia en nosotros del miedo al fracaso y refuerza de manera creativa y positiva la misma “modalidad del hacer”, desarrollando cada vez más el deseo de lograrlo, el deseo de conseguirlo.
Vía Aleteia